Lo dijo alguna vez el Gabo: “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”.
Por eso no importa lo que tú veas, o cómo te la cuenten, necesitamos vivir con humildad y observar, porque el secreto de la vida está en la mirada de las otras personas. Cada quien ve desde una historia distinta, la historia en la que está escrita su vida. Se le llama empatía, y a partir de esa sintonía, se pueden construir nuevas y mejores historias.
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