Entre aceptar y entender, me convenzo cada vez más de que en el corazón de una vida plena no está una meta final, sino una experiencia: la vitalidad. Ese impulso que a veces se percibe como una descarga sutil detrás de lo cotidiano, una claridad momentánea o algo imposible de nombrar.
Joseph Campbell lo expresó de forma brillante cuando dijo que la mayoría no busca el “sentido de la vida”, sino una…
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