Un presupuesto es una herramienta de gestión donde se cuantifican pronósticos o previsiones de diferentes elementos de un negocio. Y visto de esta manera como herramienta, permite planificar, coordinar y controlar las operaciones de las empresas, pero no siempre es entendida en la práctica de la misma manera en las compañías.

El presupuesto no tendría que ser algo impuesto, incomprensible y que restringe en lo que se necesita gastar e invertir. No ha de entenderse como algo que exige nuevos clientes y mercados y sobre lo que se tiene que rendir cuentas. No debe percibirse como un elemento que resta tiempo a las actividades propias y que restringe el margen de maniobra.

Llevar a la práctica un presupuesto es tomar una decisión financiera en dónde cabe la inversión y el financiamiento. El primer tipo tiene que ver con las decisiones sobre qué recursos financieros serán necesarios, mientras que el segundo tipo se relaciona de cómo proveer los recursos financieros requeridos

La forma en que los individuos toman decisiones en las organizaciones y la calidad de opciones que eligen predominan principalmente por sus percepciones, por sus creencias y por sus valores.Los procesos de decisión en las organizaciones son muy importantes porque generalmente afectan todos los procesos humanos dentro de las mismas.

La toma de decisiones organizacionales es con frecuencia más racional porque el impacto de los errores de decisión pueden llegar a ser grave desde el punto de vista económico o laboral, (aunque hablando desde una perspectiva personal considero que muchas veces los errores en las decisiones  personales son tanto o más graves, porque los efectos en la vida de las personas pueden ser más serios).

En las decisiones que se toman dentro de las organizaciones la evaluación de cada una de las alternativas debe ser rigurosa y se debe analizar el costo/beneficio de cada una de ellas, para optar por aquella que ofrezca la mejor razón.

 

Diez trampas usuales en la toma de decisiones:

  1. Aventarse: Sin tener información o comenzar a recabar información y llegar a conclusiones sin analizar la mejor manera para tomar la decisión.
  2. Ceguera a los marcos: Deja de ver lo que es de valor y terminas resolviendo también otros el problemas (los no importantes o equivocado).
  3. Falta de control de los marcos: No saber conocer los límites y marcos de lo que es o no importante, se tiene incapacidad para definir conscientemente en más de una manera el problema.
  4. Exceso de seguridad en sus propios juicios.
  5. Atajos miopes: Confiar implícitamente en la información más accesible o sujetarse demasiado a hechos cómodos.
  6. Actuación intuitiva: Creer en el escenario positivo sin tener sedimentos realistas.Creer que mentalmente podrá mantener clara toda la información recabada.
  7. Fracaso del grupo: Suponer que con la participación de muchas personas inteligentes o con muchos años en la organización, surgen automáticamente las buenas elecciones.
  8. El engaño de la retroalimentación: Protección de ego. Negación a interpretar con veracidad la evidencia de resultados pasados.
  9. Falta de registros: No llevar registros sistemáticos que hagan seguimiento a los resultados de las decisiones, ya que se piensa que la experiencia ofrece automáticamente sus lecciones.
  10. No auditar el proceso de decisiones: No es una auditoría como tal, es establecer un enfoque organizado para entender la toma de decisiones, y por lo tanto siempre se está expuesto a los errores.

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