La cultura de una organización se ve mejor en las pequeñas conductas que en las grandes declaraciones”

No recuerdo si esas fueron las palabras exactas y en ese orden, tampoco la autoría, (se las quedaré a deber), lo que si la memoria no me falló, es que la idea de la frase era más o menos así, si puedes notar la conducta de los integrantes de un equipo es solidaria, es lo suficiente claro para trabajar con coordinación.

Más que un cuadro lindo, como premio de moda para colgar en la oficina del director del departamento de Recursos Humanos, jactándose de aquel que con un poco de dosis de curiosidad, podría leerlo y creer así con esa prueba que está en las oficinas con el galardón  de “una gran empresa para trabajar”. Pero esto último párrafo no debe desviarnos sólo es una burda opinión.

Describir la cultura de una organización en una frase, no es algo sencillo, a menudo resulta un reto para las personas que dirigen un área o un departamento, aunque siempre cuentan con una respuesta. En mi corta trayectoria profesional, he estado en contacto con personas en diversos giros organizacionales, por lo que he tenido la oportunidad de conocer esos tintes de diferencias del marco cultural que les identifica, así como el vocabulario propio, y bueno, a decir verdad, todas comparten un mismo patrón de comportamiento, esto es, cuentan con grupos de trabajo dónde existen integrantes que detectan (crean) los problemas con facilidad, inclusive hasta cuentan con nuevas alternativas de pequeños caos sobre los mismos problemas. Claro algunas veces hasta irónicamente creí que en algunas organizaciones  contaban con concursos internos para premiar el mayor número de inventivas y por ende la estulticia humana.

Imaginemos que mi ironía tenga un ligero salpicón de verdad y aunque no existan concursos como tal de premiar al mejor estulto de la organización, si haya cierto aprecio digamos, por tener retos alcanzables para su líder próximo (una bonita manera de decirlo). Bajo este supuesto, que lamentablemente existe, no quiero provocar una batalla contra ello, si no poner de referencia que las conductas sumadas en pequeños actos, revelan más de lo que apreciamos.

La frase popular de “dime con quién andas y te diré quién eres”, tiene su morbosidad realidad; sencillo demostrarlo, en este momento te pediría que tomarás un tiempo para pensar en las personas con las que más tiempo pasas, y de verdad con la que más tiempo pasas, pues aunque tengas pareja, hijos, vecinos y acompañantes en tu camino, tu grupo de trabajo es con quién hoy en día inviertes mucho tiempo, así que considera esto para este ejercicio. Ahora piensa en las en cinco personas con las que más compartes tiempo e intenta ver la escala de éxito que ellos tienen.

Claro, sé que esto dependerá de tus estándares y como consideres el éxito. Ya sea que ser exitoso sea tener un buen trabajo y ganar mucho dinero, o quizás consideres que es simplemente hacer algo que te guste sin importar que tanto dinero logres hacer mientras seas feliz. Sea como sea, las personas con las que más tiempo pasas son aquellas que te ayudan a definir mejor tu perfil,  en promedio las que hablan de lo que te gusta y compartes en ese algo que contribuye a tu bienestar y tu “ser feliz”, así que si estás en un ambiente donde la sandez es plausible y las quejas son aleros de crecimiento diario, pregúntate si estás rodeado de la gente correcta y cuál es la cultura en la que vives a diario (quizá no tengas idea ahora).

Por desgracia, no siempre tenemos al alcance a esa gente que sume, aunque es verdad que todas las personas que nos rodean podemos aprender algo, pero el hecho de que alguien pueda aprender algo de mí, por poner un ejemplo, no me convierte en una persona “mejor” o “especial”, pues aunque quizá trillada la frase en V de Vendetta dijo aquello que:

“Todo el mundo es especial. Todo el mundo. Todo el mundo es un héroe, un amante, un loco, un villano. Todo el mundo. Todo el mundo tiene su historia”. 

Así que abre tu visión y voltea a tus lados, pues el éxito y la cultura no se logra siendo solitario, las relaciones que tenemos con otros determinan en gran medida las cosas que podemos llegar a lograr. Rodearte de gente menos preparada, menos exitosa, que no se arriesga y aprovecha oportunidades, eventualmente te llevará a adoptar las mismas conductas. Cuando eres una persona insegura, tiendes a relacionar con grupos de personas en los que te sientas superior, por el medio que te genera sentirte pequeño entre los que te rodean. Lo mejor que puedes hacer para abandonar esa conducta tan terrible, es empezar a conocer gente que sea mejor que tú en todo aquello que crees que eres bueno e incluso aquellos talentos que necesitas desarrollar.

Sin hacer esto más largo: 

1. Si dices que lo harás, hazlo, no busques hacerlo perfecto, sólo hazlo, si no, no tiene caso seguir leyendo esto al final, es decir, has perdido tiempo hasta aquí.
2. Se valiente,  en algún momento tienes que enfrentarte a alguna oposición importante, o bueno, si quieres ser cobarde, tendré que avisarte que el enfrentamiento lo sufrirás en algún momento.
3. Rompe estructuras, moldes, y desacomoda todo, date ese gusto por aprender al equivocarte.
4. Crea polémica derivada de ser valiente. (punto 2)
5. Ten el gusto de hacer algo bueno por los demás (aunque saques beneficio, esto no es un obstáculo, la premisa es ayudar primero a otros).