Hoy recuerdo a mi mamá, una mujer como tantas y a la vez como ninguna, tan parecida a las que ahora leen esto y tan única como cualquier individuo. Con todas sus cosas buenas, pero, sobre todo, con cosas malas.
Un ser humano que dedicó gran parte de su vida a tratar de llevar a sus críos por lo que consideraba el camino del bien, que impuso disciplina, principios, honestidad y buen comportamiento al mismo tiempo que repartía consejos, apoyaba la fe y repartía amor.
Que lejos…
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