8 DE MARZO DÍA MUNDIAL DE LA MUJER TRABAJADORA

Como cada 8 de marzo las mujeres de todo el mundo son recordadas por sus méritos y labores sociales.

Éste año me tomaré el atrevimiento de hacer un cuestionamiento a un día que debería “NO REGIR UN DÍA DETERMINADO” si no que debiera ser la constante entre otros días de superación por conseguir una igualdad social; una igualdad sanitaria a una libre elección de nuestro propio cuerpo sin que decidan, otra vez, los hombres como antaño sucedía  condenándonos por ultraje a dañar una sociedad que a viva voz reclama sus derechos.

Debemos, las mujeres y los hombres, procurar ser más objetivos y no aceptar una sumisión que nos identifica como “INFERIORES” frente a nuestros hombres.

Muchos años han pasado desde el día en que se decidió callar las voces de nuestras mujeres del pasado en EE.UU. de América que fueron la bandera que hoy nos representan.

Una lucha de la cual no hemos aprendido a respetar a nuestro igual, como seres de un mismo planeta.

Hoy nos cuestionamos si nos merecemos ganar igual que el hombre haciendo el mismo trabajo y a sus mismas horas, hoy con la excusa de una Crisis Económica Mundial, se nos han cercenado aún más nuestras propias voluntades de poder ser tratadas por igual...

Se nos impone un oficio de amas de casa, cual derecho divino a ejercer por ser mujeres y se cuestionan nuestros ideales cristianos por querer ejercer una profesión o por salir a la calle a luchar por un futuro para nuestros hijos...

Hoy, como lo fue también en el ayer, las mujeres somos perseguidas por un mínimo número de mujeres que aún se niegan a ver esa igualdad y nos siguen aglutinando como números a los que se debe de controlar, como si fuéramos agitadoras sociales, cuando ninguna madre lo ha sido.

Yo quiero un futuro para mí también hija mujer, y para todas las hijas de nuestras mujeres que aún siguen en la lucha, por alcanzar ese día en el que todas y todos nos miremos como iguales y dejemos de lado una posición política, una posición ideológica, una posición religiosa y sobre todo una posición de esclavitud que rige la masa capitalista sobre el régimen del proletariado social...

No quiero conmemorar un día que significó la oscuridad de una Nación Americana que las anuló por no querer ser más esclavas y trabajar en las peores condiciones de salubridad.

En esas mismas formas en las que, en el ahora, los grandes empresarios tratan a unas minorías desnutridas por unos céntimos, dónde se explota a mujeres y niños con la excusa de “UN EMPLEO JUSTO”...

Dios nos dio la palabra, la voz  y el temple para no dejarnos utilizar y seguir pidiendo “NUESTROS DERECHOS” ya que parece que sólo se nos imponen “OBLIGACIONES” por estatutos y art. de leyes creadas para la sumisión y el silencio...

El 8 de Marzo, como todos los años, se hará una manifestación y se leerá un comunicado recordando una fecha que para muchos sonará a vacío de contenido y hasta habrá personas que miren su reloj esperando que pase el tiempo para ir a tomarse un café, un vino o una copa.

Para mi ese día, significará un día más de ignorancia y pérdida porque quienes juran cada 4 años un cargo no han logrado nada en éstos 106 años por igualar nuestros sueldos (hombres o mujeres por igual) pero lo que más duele y duele en verdad, es saber que muchas mujeres que nos representan se olvidan de la historia, del ¿Por qué de ese movimiento que  se formó en New York?...

Siempre se nos juzgó a las mujeres frente a la sociedad, primero porque debíamos y debemos ser religiosas, devotas y sumisas y segundo porque pretendiendo tener las mismas profesiones que los hombres, entre nosotras mismas, nos cuestionamos que el hombre es un ser superior y por ello nunca podremos alcanzar ese escalón que nos guíe a la par, al lado y no detrás de quien nació de nuestro propio cuerpo  y nos llamó “MADRES”.

Me identifico con la humildad, el desapego a una sociedad enferma por afianzar su raíz patriarcal y por mantener en éste siglo un sistema feudal de las que muchas Naciones han desistido.

Me niego, en el ahora, a formar parte de un espectáculo que se habilita cada año a escasa una semana para  festejo y que termina en el mismo día 8 de Marzo...NO FESTEJEMOS UNAS MUERTES, FESTEJEMOS UNAS VIDAS ENTREGADAS PARA QUE DE ELLAS APRENDIÉRAMOS A NO BAJAR LOS BRAZOS Y A EXIGIR UN TRABAJO JUSTO, DIGNO Y BIEN REMUNERADO...QUIENES MURIERON LO HICIERON POR SUS HIJOS, QUIENES FUERON SUS HIJOS LO SIGUIERON HACIENDO PORQUE NUNCA SE APAGARA LA LLAMA DE LA LUCHA QUE CADA AÑO RECORDAMOS...

No hagamos una fiesta de unas muertes, sino un VERDADERO FUTURO, donde ya no se anuncie que las mujeres debemos trabajar lo relativo a casi tres meses más para alcanzar el sueldo de un hombre, como si ellos solos criaran (al salir de sus trabajos y como obligación moral) sus hijos que también son nuestros hijos...

YO ME SIENTO ORGULLOSA DE SER UNA MUJER CON FUERZA, CON CARISMA, CON OBJETIVIDAD Y PERSEVERANCIA ANTE LA ADVERSIDAD DE LA VIDA QUE SE ME PRESENTA, Y AÚN ASÍ, MIRO POR PROPIA VOLUNTAD EL AYUDAR A ESA PARTE QUE QUIERE LO MISMO QUE QUIERO YO Y QUE NO ES MÁS QUE PODER SER DUEÑA DE MI PROPIA VIDA, DE MI PROPIA DECISIÓN Y MI PROPIA VOLUNTAD.

 ALGO QUE SUENA TAN FÁCIL ES HOY MUY DIFÍCIL DE CONSEGUIR Y POR ELLO ES QUE DEBEMOS SALIR A LAS CALLES Y RECLAMAR LO QUE EN EL PASADO SE RECLAMÓ, QUE NO ES MÁS QUE NUESTRA PROPIA LIBERTAD DE PODER SER IGUALES, Y TRATADAS COMO IGUALES EN ÉSTA SOCIEDAD...

                                                         MARÍA VICTORIA CAMPOS PÉREZ.