Esta desidia que no se aleja,
me consume entre el pasado
y lo que aún vivo.
Este sentimiento de oscuridad,
que envuelve mi alma,
me convierte en muerte.
Todo mi presente es agonía,
no existe espejo en qué mirarme
sin ver mis cicatrices.
Ya no veo mi rostro alegre,
ni mis ojos brillar cuando despierto.
Ya no me tengo y eso duele.
Desidia es lo que siento cada día,
mientras mi cuerpo cura sus heridas…
María Victoria Campos Pérez
¡Tienes que ser miembro de Mujeres Construyendo para agregar comentarios!
Únete a Mujeres Construyendo