Siendo joven tuve claro que en mi caso, la maternidad sería un acto totalmente voluntario, nacido de un profundo y honesto deseo. En diferentes momentos, me pregunté si quería ser madre, si estaba en mí esa necesidad. La respuesta siempre fue la misma: No.
Los “papeles” de mujer casada o de madre, me sentía capaz de representarlos únicamente en el teatro, pero en mi vida real, me costaba muchísimo trabajo imaginarlos. No me provocaban ilusión alegría, ni curiosidad, más bien…
Continuar