Hubo un día en que descubrí el estado de destrucción en que me encontraba por el hecho de haberme enamorado. Asustada y llena de llena de dudas, sabía que tenía que cambiar algo desde la raíz.
A mis 40 años, decidí convertirme en la protagonista de mi vida, pero una vida gozosa y creativa, que habría de contradecir lo que muchas personas esperaban de mí, como casarme, vivir en pareja y tener hijos.
Haber optado por inventarme una vida placentera se convirtió en mi proyecto de…
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