Tuve un día muy grato. Entregué una chambrita, color de rosa, a una encantadora amiga, que va a tener su primer bebé, a fines de este mes.
La llamo amiga, por que hemos creado un lazo de empatía, de afinidad, de simpatía. No nos hemos hecho confidencias de ningún tipo. Sé su nombre y su diminutivo y ella sabe el mío. Nos vemos una ó dos veces al mes y siempre nos saludamos y nos abrazamos con afecto. Probablemente ella arañará los 30 años y yo, ciertamente,…
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