Escribo esto a las 6:48am,
El brillo de la luz de la pantalla resalta en el estudio que empezó improvisado en casa,
Hoy es lo más serio en vida,
Escribo esto desde el sueño y el cuerpo adolorido de quien no ha tomado café todavía pero no debería de tomarlo tanto cuando pelea con las palabras,
Escribo desde él te quiero que se quedó guardado, un te extraño perdido y un vamos por un cerveza escondido entre miedos, historias y vergüenzas.
Escribo esto mientras volteo a ver la agenda, la lista de actividades en garabatos desconocidos que solo yo entiendo,
Frente a mi fotos y papeles pegados con más listas,
Un pañuelo desechable, un ramo de flores al que le falta agua.
Escribo y recuerdo que deje las macetas de la oficina afuera “les dio mucho aire” y del recuerdo de “tienes muchas plantas”,
Y recuerdo.
Solo será temporal la habitación oficina hoy la oficina que un día fue habitación.
Pasaron once meses, las paredes saben de memoria el discurso, la chara y la conferencia,
La silla conoce mi estado de ánimo mejor que yo,
Las cortinas son cómplices que esconden mi rostro
Y las cuatro paredes me han protegido, ¿me han protegido?, ¿de mi realidad o de la realidad?
Escribo esto mientras tengo un texto abierto que debo corregir y medito si bajar o no a desayunar algo,
Y mientras pienso, recuerdos van y vienen, así como se fue un año rápido aparecen imágenes de los años anteriores ¿y si sólo vamos despacio?
Mientras escribo me acuerdo de mi hace muchos años, de cuando salí de la clase de baile para irme a jugar básquet, y hasta la fecha me cuestionó antes de hacer algo, si mejor me quedó a bailar o me arriesgo a lanzar balones.
Ya son las 7am, me pregunto si hoy te voy a escribir ¿me vas a leer?
Seré breve, voy por café.
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