Cuando tenga que contar que fue lo que pasó aquel marzo del 2021 contaré de la impotencia, de la rabia, enojo, del amor, les contaré de lo maravilloso que fue llegar a la exedra y sentir esa explosión de “vibra femenina” que únicamente se siente en una manifestación feminista, les contaré de la alegría de volver a encontrarme con las amigas, las aliadas, las que teníamos mes viéndonos desde una pantalla, les contaré del miedo, del miedo que jamás pensé que iba a tener en Aguascalientes, del miedo de no saber dónde estaban ellas.

Durante marzo lo que menos hice fue escribir palabras, conté, hablé y hablé mucho, pero no hice un alto para escribir sobre marzo. Y eso también es autocuidado.

Si me preguntan no sé qué pasó, pero sé que pasaron muchas cosas, lo cuento desde las letras porque es desde las letras como puedo expresarme mejor.

Y son esas letras que durante todo marzo no pude expresar.

Rescato dos fragmentos de textos que preparé para diversas actividades de las que participé en marzo, si bien toda actividad fue importante estas dos destacan por las fechas en las que sucedieron.

El primer fragmento es de un panel que organizó el departamento de derecho de la Universidad Autónoma de Aguascalientes el 8 de marzo para analizar la Recomendación 043/2020 que la Comisión Nacional de Derechos Humanos hizo a los estados.

En esta recomendación parte de lo que se le dice al estado y a las instancias de seguridad de todos los niveles es que no deben de reprimir las manifestaciones. Ese panel se dio un par de horas antes de que iniciará la manifestación en Aguascalientes.

Este día es para reconocer por lo tanto quiero aprovechar y reconocer a las universitarias organizadas, admiro su entrega y si mi generación no hubiera tenido miedo otra historia contaríamos.

Y a las maestras, profesoras que fue por ellas que ahora soy esta feminista, queridas maestras gracias.

Belén, 20 – 25 años

Estefanía, 12 semanas de embarazo, 27 años

Guadalupe,

María de la Luz, 63 años

Cuatro feminicidios en menos de tres meses en Aguascalientes,

2 feminicidios en el 2020

¿Sigo contando?

A veces no sé qué cuento.

Cuando hice esta pregunta en mis redes sociales la Sra. Roxana respondió: Cuentas el dolor, la rabia, el miedo, la impotencia, y el desánimo de las autoridades ciegas, sordas y mudas.

Pero también cuento vidas, vidas que fueron arrebatadas, porque un feminicidio no es un asesinato más, no le tocaba, porque cada feminicidio es una vida menos, cada feminicidio es una historia, una vida que fue callada y que aún no era su momento.

Que cuento, cuento 4 feminicidios en el 2021 y las exageradas somos nosotras.

940 feminicidios en el 2020.

El segundo fragmento fue parte del mensaje final en el Conversatorio sobre Mujeres y Tecnología que organizó el grupo de ciberseguridad del capítulo de ISOC México (grupo donde hace 6 años inicié a hablar de temas de gobernanza de internet)

Y como este es mi espacio lo diré, al evento no sé conecto nadie, así el interés en los temas de género, mujeres y feminismo. El problema no somos las mujeres, el problema son las otras personas (en su mayoría hombres) que siguen ignorando, minimizando y dándole poca importancia a estos temas.

Ese mismo día las redes sociales se llenaron de la nota de las niñas de 16 años que cargaban el ataúd de su amiga víctima de feminicidio en el Estado de México.

Niñas de 16 años que deberían estar haciendo cualquier otra cosa menos cargar un ataúd.

En la participación final donde debía dar un mensaje final dije:

Las niñas NO, no podemos seguir tolerando, aceptando y creyendo que está bien que niñas de 16 años carguen el ataúd de una compañera, de una amiga víctima de feminicidio.
Con las niñas NO.

De que nos sirve la tecnología, internet, de qué nos sirve cansarnos defendiendo los avances si la violencia contra niñas, adolescentes y mujeres se extiende de las casas, calles, oficinas, redes sociales, plataformas, ¡de que nos sirve si nos siguen asesinando?

En marzo me faltaron las palabras, me sobraron las letras y me quede detenida en un tiempo que parecía no transcurrir.

En marzo regresaron los miedos, los fantasmas del pasado, en marzo me cuestioné de forma privada y pública, cuestioné al personaje y a la mujer.

Cuando cuente que pasó aquel marzo del 2021 contaré del miedo que tuve por ser –la-  mujer.

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