Únicamente esperaba esa llamada, cuesta trabajo entenderlo pero después de varios años solo esperábamos el descanso en paz.
A mí me encontró en Guadalajara con los amigos, a ella en su casa, esa casa donde crió a sus hijos de sangre y adopción, aquella casa, la del árbol grandote, la que tiene la habitación que da a la plaza San Marcos y de niña por ahí me asomaba a ver cuando entraban los señores de trajes brillantes.
Tal vez nunca lo supo, pero fue el pilar de una familia. Mi historia y la historia de mi familia se pueden contar por esa mujer, una que dejó su familia para venir a Aguascalientes a iniciar la suya.
Para mí, la fortaleza de las mujeres de mi familia me inspira, mi abuela acepto un rol y lo desempeño hasta el final.
Sus últimos años mi abuela estuvo en casa, rodeada de la familia, vecinos, amigos, ella la que recibía a los bebes, la que enseñaba a cobijar de taquito, la que cuidaba a los enfermos y para todos siempre tenía un plato de fideos, un taco de frijoles y un vaso de agua de sabor
Para mí era simplemente mi abuelita, la que ponía más choco milk al vaso de leche, la que me enseñó a tortear y preparar mole, la que me enseñó que en la mesa salsa de molcajete es obligatoria.
Mi abuela nos dejó una última lección antes de irse: la familia.
Con su partida, nos unión a toda la familia de todos los rincones para pasar el último y el primer día del año juntos.
Esa noche no hubo copas de vino, pavo o música, la última noche del año recibimos abrazos, estuvimos juntos como la familia que siempre deberíamos de ser.
Comentario
Muchas gracias querida Clau por tus palabras.
Querida Angie,
Siento mucho la muerte de tu Abuelita. Las Abuelas son parte central de nuestras vida. La mía, la materna, fue EL pilar de mi familia, y no ha pasado un sólo día desde que se fue en el 2008, en que no piense en ella o la recuerde. Siempre me pregunté cómo sería la vida sin ella, y todos estos años después sigue estando presente. Quisiera que tomara mis manos entre las suyas y me diera certeza cuando la necesito. Sólo cierro los ojos y la imagino. Mi vida sin ella no se explica.
Te mando un abrazo gigante y otro grande para Doña Mariquita, en donde sea que esté, seguramente con Agustina, mi Abue.
Todos mi cariño para ti y tu familia.
Bienvenido a
Mujeres Construyendo
info@mujeresconstruyendo.com
© 2024 Creada por Mujeres Construyendo. Con tecnología de
Insignias | Informar un problema | Política de privacidad | Términos de servicio
¡Tienes que ser miembro de Mujeres Construyendo para agregar comentarios!
Únete a Mujeres Construyendo