Nos pasamos la vida intentando descubrir quiénes somos y cuando creemos que ya lo sabemos regresa la duda.
-¿Me podrías pasar una breve reseña tuya?
Eso me preguntó un amigo que dirige una revista cultural en la ciudad. Resulta que antes de irme de vacaciones me comprometí a colaborar con el personaje del próximo número, así que hice una entrevista a un pintor y escritor local. Me tomó mucho tiempo estructurar el texto y cuando lo terminé lo entregué.
No contaba con que se necesitaba incluir datos del entrevistador.
¿Qué le pongo? Esa pregunta pasó de inmediato en mi cabeza. ¿Cómo era posible que, después de muchos años de 'autoconocimiento', no pudiera definirme en una frase corta y sencilla? ¿Soy mujer, bloguera, mamá, escritora, reportera, editora, promotora cultural, feminista? ¿Qué soy?
El tema me dio vueltas toda la noche, claro que mi amigo no esperaría la eternidad para la reseña así que decidí poner "Mamá, bloguera interesada en cuestiones de género y aprendiz de reportera". De inmediato me di cuenta de que eso me definiría en un círculo, que esa sería la imagen que las personas tendrían de mí.
Desde hace mucho tiempo tengo la impresión de que tengo algo atorado entre el estómago y la cabeza, de que un cúmulo de emociones están ahí sin poder salir y justamente eso hace difícil que pueda definirme a mí misma.
- Tengo problemas ¡mira que no sabe cómo definirme! - fue lo que le dije a mi amigo.
- El 90% los tiene - contestó él.
Si tuvieras que definirte en una frase corta, ¿qué dirías de ti misma?
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