"El día que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5:30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo". No hay sorpresa en el final, los hechos han sido contados, pero quedan las dudas: ¿cómo? ¿Por qué? ¿quién o quiénes fueron los asesinos?
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Crónica de una muerte anunciada es una novela publicada en 1981 que recrea un crimen acontecido el 22 de enero de 1951 en Sucre, Colombia. La recién casada Margarita Chica Salas, que en la novela será Ángela Vicario, fue devuelta a su familia por su esposo Miguel Palencia quien toma el nombre literario de Bayardo San Román. Realidad y ficción convergen en la tragedia: la carente virginidad de una mujer desata un asesinato, todo sea por la honra.
Este relato pone el dedo en la llaga o mejor dicho en la daga de Latinoamérica, donde constantemente y desde tiempos inmemoriales se sacrifica en nombre de códigos nunca revisados críticamente a mujeres, niños, indígenas, extranjeros, a cualquiera que incomode al poderoso. La culpa, enfatiza la novela, no es exclusiva de quien empuña el arma, sino de todos los que deciden no actuar. Eligen ser espectadores de lo que asumen es destino. El pensamiento mágico-religioso domina la razón, cómo intervenir en lo que se ha decidido previamente en quién sabe dónde, por quién sabe quién, capaz que se desatan tragedias mayores a un solo muerto, o unos pocos cientos. Mientras no me pase a mí, parecen decir algunos personajes en la novela, no es tragedia. El autor, Gabriel García Márquez afirma: Tanto peca el que mata la vaca como el que le detiene la pata.
Te invitamos a escuchar el programa Bibliófagos donde devoramos esta obra. Algunas de nuestras preguntas fueron ¿Era amor la relación entre Ángela Vicario y Bayardo San Román? ¿Santiago Nasar si fue el amante de Ángela Vicario? ¿Existen estos pueblos todavía?
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