El camino ha sido largo y el avance lento pero firme. Nada gratis, nada regalado, ninguna concesión otorgada. A cada triunfo siempre ha sobrevenido una factura por pagar. Y es que la afrenta – dicen– es enorme: cuestionadoras del mandato patriarcal, nuestra osadía por arribar al poder ha sido recibida con un regateo a grado máximo. Tanto, que los señores del Senado que votaron por la paridad en todo, impugnaron la paridad en todo.
Es que les gustan las…
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