Las sufragistas de hace un siglo soñaban con que a las mujeres se nos permitiera votar y ser votadas. Ellas pensaban que si las mujeres podíamos ocupar los cargos de representación popular, seguramente tomaríamos decisiones públicas que beneficiaran a las mujeres en general, mismas que no eran tomadas en cuenta en ninguna de las decisiones públicas adoptadas por quienes hasta entonces eran los únicos ocupantes de los escaños y otras posiciones de poder.
Ellas, tan revolucionarias y…
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