Cuando me involucre en temas de política, el primer y único consejo que me dio mi padre fue “ten cuidado, eres mujer”, no lo decía en vano, como en el espectáculo, la política y en la vida diría, las mujeres tenemos que cambiar nuestro cuerpo para alcanzar metas.
Desde la semana pasada, actrices y modelos han salido a denunciar el acoso y hostigamiento sexual de un “intocable” del cine Harvey Weinstein, ellas han decidió alzar la voz en una industria que no es ajena a escándalos y que en últimas fechas las mujeres han denunciado las diferentes inequidades de la pantalla grande.
Pero esto no es nuevo, las artistas no son las únicas, en México
“El 26.6% de las mujeres que trabajan o trabajaron alguna vez, ha experimentado algún acto violento, principalmente de tipo sexual” ENDIREH 2016
La culpa es de ustedes por irse a beber
Hace poco en uno de los encuentros en los que participó tuvimos que implementar un Código de conducta -he criticado por que muchos eventos crecen de este recurso-, ¿qué estaba pasando?, nos enterábamos muchos meses después que algunas de las compañeras recibían invitaciones e indirectas sexuales por parte de los asistentes, para muchos eran normal porque era parte de la convivencia asistir a cocteles, “es normal”, “ustedes tienen la culpa para qué beben”, “al calor de las copas todo pasa”, no es normal y no es tolerable.
Y por qué no hablaban las chicas, porque eran nuevas en estos eventos, y su temor a ser juzgadas y bloqueadas a participar las hacia referir el silencio.
¿A dónde quieren que voltee el profesor?
Uno de los más grandes problemas en los que me metí en la preparatoria fue denunciar a un profesor que acosaba a mis compañeras.
Cuando el pleito llego a la dirección me mandaron hablar, yo no era víctima pero si me sume a defender a mis compañeras, la respuesta fue que la culpable era la falda tan pequeña que usaban, “a donde quieres que voltee a ver el profesor si usan las faldas muy pequeñas”
Logramos que ese maestro no nos diera clases, pero la historia se repitió con otro profesor un año después.
En la universidad paso lo mismo.
No me digas hermosa
E recibido insinuaciones sexuales en más de una ocasión, ninguna grave, pero por años –sobre todo al inicio de mi vida en la política- me molestaba y sigue molestando ese gusto de muchos de tomarte de la cintura, de saludarte de beso cuando tu solo extiendes la mano, de decirte hermosa, pequeña, bonita y demás adjetivos en busca de devolver el favor.
Me he cansado de explicar porque no dejo ni me gusta que un desconocido me diga “hermosa”.
Todas tenemos hemos sido acosadas por un Harvey Weinstein
Cuantas veces no nos enteramos por chismes de algún caso de acoso sexual, ¡cuantas! Y lo que hacemos es alimentar el morbo y la crítica.
Sobretodo justificamos al agresor, “se le insinuó –ella-“, “para que se vestía de ese modo”.
Los siguientes días vamos a leer a muchas mujeres que saldrán y hablaran de sus experiencias, casos alarmantes que se mantienen ocultos, tíos, abuelos padres y jefes abusan todos los días de niñas, adolescentes y mujeres por que siguen creyendo en el poder que tienen sobre ella.
Casos como el de Harvey deben salir a la luz, porque seguimos viviendo en una sociedad que es tolerante a las agresiones por que es “una gran persona”, “líder”, “es un artista”, “es importante y poderoso”.
Nadie ni nada es justificable.
Serán muchas las que digan “Yo también”, el silencio es complicidad y solo perdiendo el miedo a la denuncia se logrará evidenciar.
Amiga, si estás leyendo este texto y en algún momento fuiste víctima de acoso u hostigamiento sexual te invito a denunciar, pero si no quieres, no te obligare, no alzar la voz no es cuestión de valor o ser fuerte, pero te garantizo que en mi tendrás una amiga que te escuchará y apoyará.
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