Un año.
Hace un año abrazaba a mi perro aterrado por los cuetes de las fiestas Guadalupanas.
Yo misma estaba espantadísima. Ya había escombrado closets y bodegas, había cerrado trato para vender mi casa de toda la vida. Veía el futuro incierto pero deseable pues con todo mi esfuerzo consciente por dejar el pasado atrás, seguía muy empantanada.
Nos despedimos de esa casa, de nuestra infancia y de tantos recuerdos durante las fiestas de Navidad. El 26 empecé a empacar. Enero fue agotador. Cuando vendí el refri, me mudé quince días a casa de una buena amiga, guardé mis cosas en una bodega y los primeros días de febrero me fui a vivir temporalmente a Morelia.
Allá me repuse, volví a plantear algunos planes, despedí a Maxito, tomé aire y regresé a mi ciudad. Mi vida está acá, mis hijos, mis amigos, mis barrios de siempre, mi hoy y el futuro que quiero para mí.
Durante este año he vivido en cuatro lugares distintos. Después de casi toda una vida en el mismo lugar, para mi esta es una faena.
Durante doce meses me he desprendido de recuerdos, objetos, muebles, cariños, rutinas, prejuicios… mañas muy mías que consideraba parte de mi identidad. ¿Yo?, pues sí: yo.
Después de años de ansiar de nuevo movimiento, de pronto me veo movida. Hace un mes escuché una reflexión que me pareció muy sabia. Estamos acostumbrados a pensar que la secuencia correcta es la que sentencia: “en sus marcas, listos, fuera”. Pero la cautela frecuentemente nos hace pensar que todavía no estamos listos y el primer paso se pospone indefinidamente.
La secuencia atinada es “en sus marcas, fuera… listos”. Sobre la marcha se ira aprendiendo, se corregirán detalles, se echará mano de todos los recursos para salir adelante.
Seamos honestos: escogimos pareja sin estar listos y sobre la marcha aprendimos a ser pareja.
Incurrimos en maternidad (o paternidad) sin saber lo que hacíamos y sobre el camino fuimos aprendiendo.
Decidimos separarnos asustados de andar solos, y la vida nos enseñó a ser nuevamente libres.
Y entramos a un trabajo ignorantes de qué se hace ahí, y probamos cosas nuevas sin pistas que garanticen que nos van a gustar. Amamos como podemos y vivimos inexpertos.
Caramba, si una espera a estar lista… se le va la vida sin vivirla.
Comentario
Querida amiga, gracias por tu reflexión me ha puesto a pensar, bueno mas de lo que he venido haciendolo ya que me encuentro entre la espada y la pared, dejar toda mi vida aquí en este bello y trajeteado Df.o irme en busca de cosas nuevas en su totalidad a Guadalajara, ay que dificil se me esta haciendo tomar la decisión correcta . Te mando un beso y un abrazo deseando que te encuentres de lo mejor
Querida Flaca,
¡Qué año de película! Como siempre, tus palabras llegan al corazón.
Toda la vida en 365 días, en 24 horas, en cada minuto.
Un beso muy grande y muy sentido.
Gracias por los besos a la bandita.... Van para ti de retache y multiplicados.
Bertha, ojalá la muerte tampoco nos pille listos, sino distraídos con tanta vida... Al fin: tenemos una eternidad para aclimatarnos. Te mando un beso. Un gusto encontrarte por acá. Que la concordia se siente en su mesa en estas fiestas. Besos para tí, la Clau, Teresa, La Abuela, Tatiana.... a todas!
Querida Flaca: como siempre tus viviencias y la forma en que siempre las describes, son reflexiones
de vida y se queda uno impregnada de reflexiones. Que gusto encontrarte tan viva y... sin estar lista.
Me pregunto si esto de estar listo para algo incluira el morirse, supongo que también: si la muerte esperara a que estemos listas para morir, mira tu que la pobre se quedaría esperando eternamente.
Besos y un regocijo leerte ¡como siempre!
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