Ultimamente he estado dedicando tiempo a pensar, analizar y estudiar un tema poco original, pero muy importante: cómo organizar nuestra agenda de trabajo.
¿Qué tiene de complicado? Se preguntarán, si es tan fácil. Simplemente tomas una agenda y pones en el calendario tus deberes y lo que tienes que hacer. Punto.
Esa era mi idea, y así lo hice muchos años, pero he descubierto lo poco redituable y satisfactorio que puede resultar organizar mi vida así, sin considerar si quiera los objetivos que como persona quiero en todas las áreas de mi vida: personal, de pareja, familiar, laboral, profesional, intelectual, espiritual, etcétera. ¿Realmente mi agenda refleja las muchas dimensiones de mi persona? La respuesta es clara: NO. Refleja una multiplicidad de "deberes" y no necesariamente de "quereres".
Dejo aquí mis reflexiones al respecto y valoraré muchísimo su reflexión, experiencia y retroalimentación en los comentarios de mi post.
Comentario
Ay. No. Nunca lo había visto así. Me quedé pensativa. Lo voy a analizar.
Hola Claudia, gracias por tu respuesta.
Ya anoté en mi agenda "Construir mi voz a través de mi blog", así que volveré a este maravilloso espacio de la blogósfera. Ya te iré contando.
Querida Carmen,
Mil gracias por tu comentario y qué inmenso gusto saber de ti y leerte.
Es cierto, para mi ha sido todo un descubrimiento este proceso de organizar, planear y vivir mi agenda. Yo si la uso todo el año, pero me ha dado una espantosa sensación darme cuenta de lo llena que está de cosas que en este momento de mi vida ya no tienen mucho significado. No me estoy haciendo más joven y tengo interés en invertir tiempo y esfuerzo en aquello que ahora me mueve.
No dejes de contarme si lograste hacer un cambio, y pronto tendré noticias al respecto para ayudar a las personas a hacerlo. Ya les contaré.
No dejes de escribir por aquí, te extraño.
Otro abrazo para ti de regreso.
Claudia
Hola querida Claudia, espero te encuentres muy bien.
Me gustó mucho tu publicación. No se me había ocurrido qué tan importante y especial puede llegar a ser mi agenda. Me di cuenta de que actualmente, la mía es como un territorio árido, donde anoto sólo citas o eventos "más grandes", pero que todas las pequeñas cosas que también me construyen, esas nunca están. Además, regularmente uso agenda los primeros meses del año y luego la abandono.
Al leerte, pensé que desde hoy, mi agenda podría ser algo así como un jardín. Sí, un espacio para florecer a través de nombrar las cosas que hago, todas, las grandes y las pequeñas, con palabras que yo misma regale para proyectar en lo inmediato y en los meses que están por venir, lo que quiero lograr.
Muchas gracias por compartir tu reflexión!
Un gran abrazo.
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