Desde niña siempre quise participar en un club de libros. ¡Me llevó 51 años cumplir el deseo!

Este año me invitaron unas amigas a participar en uno, y por razones diversas, hasta la semana pasada pude asistir.  El libro que eligieron las participantes fue El jilguero, de la autora estadounidense Donna Tartt. El libro "de bolsillo", en su versión en español, tiene 1145 páginas. Fue muy emocionante leerlo, con la encomienda de terminarlo para la reunión, que fue un jueves a las 7 de la noche. En realidad llegamos a las 8 (7 con puntualidad chilanga) y considerando que esta Ciudad de México es caótica, y con la lluvia más. 

Organicé mis lectura para acabar un par de días antes, pero no contaba con los imprevistos de la vida. Falleció un querido amigo en esos días y me quedé sin ganas de leer, o para fines prácticos, de hacer cualquier cosa. En fin. Un día antes leí 250 páginas y a las 5 de la tarde del mismo jueves acabé las que me faltaban. ¡No podía llegar a mi primera sesión del tan ansiado club sin acabar el libro!

Disfruté todo el proceso, desde la lectura hasta la reunión con ese fantástico grupo de mujeres que conforma el Círculo de Lectura, Club del Libro o Aquelarre Literario. No sabría como llamarlo (eso si, va con mayúscula), pero está lleno de energía, inteligencia y mucha diversión.

Cada una aportó una visión diferente sobre el libro. A mi me gustó mucho, Donna Tartt escribe con un detalle impresionante. Tuve la sensación de estar leyendo, literalmente, un cuadro de la escuela flamenca de pintura. La obra gira en torno al robo de la obra El Jilguero de Carel Fabritius (1622- 1654), durante una explosión que se da en el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York, consecuencia de un atentado terrorista. El personaje principal es Theo Decker, joven de 13 años que está con su madre ese día en el museo. Ella muere y la vida de Theo cambia para siempre. En medio de tierra, agua, gente confundida, cadáveres, acompaña en sus minutos finales a un anciano que está en la misma sala de la galería que él con su nieta y le pide que se lleve el cuadro de Fabritius. El se lo lleva en medio de la confusión. A partir de ese momento su vida transcurre en un permanente caos, en Las Vegas, nuevamente en Nueva York, Europa y conoce personajes entrañables como Boris y Hobie, Pippa, Andy, Popchik (es un perro, pero es un personaje importante de la novela) y otros que se cruzan con la vida y muerte que como constante, le acompaña en todo momento.

La ambientación en Nueva York, en medio de antigüedades y del mundo de los anticuarios y la aristocracia de la ciudad está muy bien lograda. Los personajes tienen una personalidad clara, los agradables son entrañables y los detestables, verdaderamente odiosos.

Dicho esto, regreso al grupo de mujeres que nos reunimos en torno al libro, a buenos vinos y una rica cena preparada por la anfitriona. No sabría decir qué gocé más, si el proceso de leer a Tartt o la reunión misma.  Cada lectora un mundo, una visión, una pasión. En conjunto encontramos detalles y perspectivas que individualmente no habíamos percibido o que pasamos de largo. Nos reímos mucho de las ocurrencias, de los personajes favoritos de cada quién.  Boris se llevó una ovación compartida, alguien a quien uno debería encontrar alguna vez en la vida.  Yo lloré por momentos y me angustié también, sobre todo cuando Popchik estaba involucrado o parecía que quedaría a la deriva.

No hay duda, un buen libro, una buena autora, un buen vino, una buena cena y un extraordinario grupo de mujeres son en conjunto un gran pretexto para reunirse y disfrutar el placer de la lectura y la compañía.

Por cierto, si a alguien le interesa, pueden descargar gratuitamente aquí el primer capítulo de El Jilguero.

¿Alguno/a de ustedes ha participado en un grupo de lectura? ¿Han leído este libro o a Donna Tartt? Me encantará escuchar sus historias. Me pueden dejar sus ideas aquí abajo en la sección de comentarios.

Saludos.

@LaClau

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Comentario

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Comentario de Renata Rodriguez el julio 19, 2017 a las 6:01pm

LaClau!!! eso se llama "comida totémica"!  Es el repaso que haces al momento en que caen los veintes y es compartido.  Es la neta!

Y sé que tienes poco tiempo y mil proyectos, pero acá tengo un taller de narrativa que está caminando padre, diverso, distintos proyectos, niños y niñas, distintas generaciones. Si te late, eres bienvenida.

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