Llega tarde y por un medio poco convencional.
Llega tarde y a sacudir mir mundo que intenta estar equilibrado. Cuando decidí dejar de esperarlo, zurcí la herida de mi corazón y anudé las hebras con nudos fuertes para que ninguna de ellas se hiciera larga pero ahora, con dos palabras desbaratas mis mil nudos y me dejas expuesta y aterrada ante la realidad: no importa que me ames, no importa que te ame, la verdad es que estamos lejos y no tenemos más que ese espacio íntimo y secreto para los dos.
Hace cuatro años, sí, cuatro años ya, deseaba escucharlo, leerlo, sentirlo, olerlo pero no llegó. Hoy me dejas con dos palabras pegadas a los dedos, aferradas a mis manos, escondidas detrás de los dientes, colgadas de mis ojos y yo, yo no sé qué hacer con ellas, ¿a dónde quieres que las guarde, corazón?
Me gustaría soltarlas para que un día, de sorpresa como hoy, regresen salidas de tus labios y que cuando me asome a un río las encuentre saliendo de tu par de ojos y que cuando me abandone al gélido viendo de invierno me lleguen en forma de tus maravillosos brazos largos. Pero me da miedo dejarlas ir porque representan lo único seguro que tengo de ti, me aterra no volverlas a ver o despertarme y saber que estaba soñando y jamás lo dijiste.
Y entonces volvemos al principio: yo estoy aquí y, evidentemente tú estás allá; yo estoy sola y tú, aunque me ames, ya estás acompañado. Y si volvemos al principio me asalta la rabia de saber que nunca jamás habrá valor de parte de ninguno de los dos para abandonarnos a vivir la experiencia, que acabaron mis años en los que me atrevía a hacer las cosas y esperaba correspondencia. Me enoja saber que por mucho que sea el amor es más cómoda la seguridad y al mismo tiempo me da miedo enterarme que es mucho el amor pero no lo suficiente. Y aunque me da miedo enterarme, mi corazón lo sabe, mi cuerpo entero lo sabe y se estremece ante la certeza.
¡Qué más da! Esta noche me voy a abandonar a vivir ese amor, a gozarlo y a sufrirlo, sólo esta noche, la noche del día en que tu 'te amo' llegó por fin, cuando estamos a muchos kilómetros de distancia. Lo esperaba de verdad y hoy, cuatro años después, duermo con el fruto de mis entrañas a mi mano derecha y mi costado izquierdo te recuerda y se estremece.
Sí, yo también te amo.
Comentario
Querida Kebleck, ¿qué significado tiene una palabra escrita en un momento que es fugaz?
Reevalúa todos los actos y pon en la balanza la realidad.
A veces es dura, pero curativa.
Te mando otro abrazo rompehuesos como los que te manda Renata
Ross, un abrazo rompehuesos (tu me enseñaste su gran poder curativo).
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