Atender todos los quehaceres que surgen dentro del hogar como limpiar, hacer las compras, cocinar, lavar, planchar, ordenar la ropa, o cuidar a otros integrantes de la familia, no son una cuestión menor; por el contrario, conllevan mucho tiempo y esfuerzo.


Las actividades de la casa merecen ser reconocidas y valoradas; pues quienes las realizan, brindan un apoyo sustancial a aquellas personas que tienen que salir a estudiar o trabajar; de tal suerte que contar con alguien que las lleve a cabo, sin duda, contribuye al bienestar colectivo, a la productividad y al desarrollo económico.


En México, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI, registraba al cuarto trimestre de 2022, a 2.5 millones de habitantes de 15 años y más dedicados al trabajo doméstico remunerado; siendo un alto porcentaje las mujeres, en un 90.2%, en contraste con el 9.8% de hombres.


Desafortunadamente, este sector tiende a ser invisibilizado, porque se desenvuelve, principalmente, en condiciones de informalidad y discriminación; con extensas jornadas y precariedad salarial; así como, con falta de prestaciones y de seguridad social.


Estas circunstancias se agravan cuando el personal que auxilia en estas labores proviene de entornos vulnerables; apenas tiene algún grado de escolaridad básico; o habla otra lengua; volviéndose víctima potencial de contratantes abusivos, incluso, llegando a sufrir diversos tipos de violencia.


Al respecto, el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, en su reporte de 2022 sobre las características de la población femenina que se desempeñaba en esta ocupación, reflejaba que, en el 90.6% de los casos, ellas enfrentaban situaciones similares a la trata de personas en su modalidad de explotación laboral.


Esa misma esclavitud moderna fue la que padecieron, en 2021, más de 1.4 millones de individuos activos en el rubro doméstico, de los cuáles, el 71% -un millón- eran mujeres, según la OIT en su informe de 2022 sobre este tema.


En ese sentido, las limitaciones educativas y de opciones de empleo que, en particular, las trabajadoras del hogar tienen para ejercer en otro ámbito; la falta de información sobre sus derechos; y la ausencia de redes de apoyo, son aprovechadas por los tratantes para reclutarlas, ejerciendo control sobre ellas, a base de engaños y amenazas, para que sean objeto de servidumbre.


Martin Luther King Jr. decía que ningún trabajo es insignificante; pues todo aquel que enaltece a la humanidad debe tratarse con dignidad, como es el caso del que se ejecuta en casa.


Por ello, en el marco tanto del Día Internacional del Trabajo Doméstico, como del Día Mundial contra la Trata, conmemorados el 22 y 30 de julio, respectivamente, no solo es fundamental sensibilizarnos sobre el valor que tienen las tareas de limpieza, cuidado y mantenimiento, sino impulsar acciones para garantizar que se efectúen con justicia, seguridad y decencia; pues nadie merece ser visto como una mercancía para comerciar.


Fuente:


"Tratar con dignidad el trabajo en casa” en igualdad", El Heraldo de México, 18 de julio de 2023, disponible en: https://heraldodemexico.com.mx/opinion/2023/7/18/tratar-con-dignida...

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