Este fin de semana anduve en Tecozautla, Hidalgo, un municipio ubicado muy cerca de Querétaro, cuyas carreteras son arregladas por los vecinos de las comunidades, a quienes los vehículos sin pensarlo les dan unas monedas, el domingo pintaban los topes, eso es trabajo en equipo.
Caminos de mezquites, nopales, huizaches, suculentas, de insectos y barbacoa, de tierra caliente, pero como reza el anuncio de bienvenida “de gente amable”.
No más de 36 mil habitantes, todos se conocen.
Alejandra y su familia me abrieron la puerta de su hogar por esos días, el Tío Pablo conoce de Aguascalientes: sus tortas de resistol y los tacos de lechón, comimos en el hormiguero y paletas de sabores exóticos.
Mi presencia en Teco fue para dar un curso sobre violencia, sororidad, empoderamiento digital a las mujeres, para mi sorpresa resultaron ser en su mayoría señoras, sí, señoras con sus niños, con la comadre, la vecina y la amiga.
Dar un taller de ese tipo a señoras que no son nativas digitales es un reto, un reto mantenerlas interesadas y que entiendan por qué es importante, estaba definitivamente nerviosa.
El taller fue una delicia, las señoras reían, miraban sorprendidas, atentas, la verdad esperaba un público más joven por lo que la presentación tenia imágenes de violencia real en redes sociales y mi manual favorito de SafeNudes editado por Coding Rights, nada de eso les molesto, al contrario, cuando hablamos de enviar desnudos o fotos en ropa interior, le sugerí que les colocaran un emoji para ocultar su rostro “tienen derecho a enviar las fotos y el contenido que quieran, pero, sí van a hacerlo que sea seguras” y me preguntaron cómo poner el emoji a la foto.
Cuando hablamos de temas digitales olvidamos a las generaciones que como mi mamá les cuesta trabajo entender el tema y no es que no quieran aprender, pero lo extraño da miedo.
Las mujeres siguen siendo el grupo que más ausencia presenta en Internet, la semana pasada en el aniversario de la web, su inventor, Sir Tim Berners-Lee escribió:
“Como era de esperar, es más probable estar desconectado si se es mujer, pobre, habitante de un área rural, de un país de bajos ingresos, o cualquier combinación de los anteriores. Hoy en día estar desconectado significa ser excluido de oportunidades para aprender y ganarse el sustento, de acceder a servicios valiosos y de participar en el debate democrático.
[…]
Debemos invertir recursos para garantizar el acceso de mujeres y niñas, y asegurarnos de que puedan aprovechar el poder de esta herramienta mediante la enseñanza de habilidades digitales”
Debemos pensar en cómo estamos empoderando y pensando la tecnología, las mujeres no solo representan la población blanca, con educación en zonas urbanas, lograr reducir la brecha es incluir a todas.
Regresaré a Teco, a comer una paleta de “algún sabor rico” mirando al Torreón, a buscar comadre y a preguntarles a las señoras cómo van con los emojis.
Comentario
Angie!! Que padre! vi que fuiste a Hidalgo en tus fotos de Instagram pero apenas voy leyendo que fuiste a dar ese curso! me da mucho gusto que tu activismo trascienda y expanda a diferentes generaciones y lugares
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