Tao para todos.
Hace unos diez años me clavé en el Tai Qi. Tuve la fortuna de topar con un maestro muy entendido y francamente encantador. Un poco acelerado él (Tigre con ascendente Dragón del horóscopo chino. Para acabar pronto: el dragón traía al tigre, tomado por el rabo, dando vueltas como matraca). Con todo, de su boca escuché y traté de incorporar muchísimas sentencias sabias.
Él nos decía que forjar el espíritu y entrenarse como guerrero en un monasterio Tibetano… pues no tenía tanto chiste porque el entorno promovía la iluminación. Que el reto era meter en varas el ego y crecer contra ti mismo inmerso en el día a día; el tuyo aquí y ahora.
Lo di por bueno y por años comí yerbitas, me conecté en “Ommm” cuando se me echaba encima un microbús o trataba de ponerme en los zapatos de mi asistente cuando argüía que había llegado hasta el miércoles sin avisar porque se había puesto malísima su tía Lupita. Respiré profundo para no echar a los hijos con todo y pantalones untados de césped a la lavadora (¡con cloro!). Sonreí cuando en vez de queso de cabra urgente para algún menú…. Me arrimaron queso Oaxaca (o Philadelphia… no importa el idioma).
Todo eso, entiendo, fue entrenamiento para lo que hoy está sucediendo.
No veo ni con lentes; pero hay que descoser las mal hechuras de una soldadora que se dijo costurera (juro que saqué un clip de papelería deteniendo sus contrahechuras). Ommm: no estuvo en mi mano que no sucediera, está (literalmente) contribuir a sacar la pata.
Tiene que estar en orden el monedero (mi socia me entregó las llaves de la alcancía y ahora la ingesta y la diarrea de caja, corren por mi cuenta aunque el ciberespacio y mi compu me hagan hipos y no ayuden… bendita manía de apuntar en papel todito). Ommm: confía en tu respaldo rupestre, todo está registrado.
Uy! Son las cuatro! El doctor te dijo que no te malpases porque no tienes grasita de dónde echar mano. No te habías dado cuenta de la hora (ya ni te enteras de que mueres de hambre) Perdón, pero eso también es ayuno que tendrá que enaltecer el espíritu.
Tender: para los neófitos significa pintar un patrón muy pegadito para no desperdiciar tela (marcador) y luego acomodar las capas necesarias para completar un corte de muchas prendas a esa medida. Aclarado el punto, para mí significa agacharme un poco (soy un poquito más larga que el estándar de la población) Entonces: a los treinta minutos de encimar capas, ya me arden los filetes de la espalda. Ommm: corrige postura, dobla las rodillas y balancea tu cabeza, (pero mis rodillotas chocan con los rollos de tela bajo la mesa). Entonces, saca recursos del yoga: corrige y sostén la postura aunque sea incómoda y relájate… Piensa, sobre todo, que tú escoges cómo encajas lo que sucede (aunque sea “auch”).
Y dieron las dos y las tres… las cuatro, las cinco y las seis. A mí no te matará el hambre sino la solidaridad. Terminamos la faena a las diez.
Ya son las once, estoy realmente cansada, pero no me quería brincar compartir esta epifanía con ustedes. Ahora entiendo: a la vuelta de cualquier esquina la vida nos ofrece muchísimas oportunidades de ir más allá de donde pensábamos que estaba nuestro límite. Sí; ahí está, al alcance de quien lo quiera (o lo pueda) tomar, el entrenamiento completo para un guerrero.
Comentario
Querida Renata, cuánta sincronía tenemos.
No te dejes desvanecer. Sigue Ommmm aunque sea de convencimiento medio.
Te quiero.
G
Abuela querida! Yo también he estado muy desentendida. Pero me encanta saber que tarde o temprano coincidimos acá!!! Ahora que vuelvo a leer me doy cuenta, por la redacción, que estaba realmente agotada. Pero vieras que estoy bien contenta? Con todo y mi cansancio, anoche eran mayores las ganas de compartir que de dormir. Te mando un besote.
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