Shakira nos ha dejado no sólo bailando, sino hablando mucho, una vez más.  

 

Su última canción, en colaboración con BZRP en la que  canta sobre la infidelidad de  Piqué, ha resultado una franca provocación a las personas que cuidan los buenos modales, las buenas costumbres  y la moral del mundo.  

 

Infinidad de mujeres se han sentido identificadas con su sentir. Me pregunto si alguien que ha vivido la infidelidad no se sentiría así y hubiera querido en su momento y contexto gritarlo a los cuatro vientos, pero la mayoría no. Los “buenos modales y las buenas costumbres” indican que “esas cosas” no se dicen ni se hacen públicas, mucho menos con nombre y apellido y todavía menos si eres mujer. Por ello resulta tan desafiante este lanzamiento musical y tan interesante la conversación que se ha desatado en torno a él.  

 

A mi en lo personal me gustó mucho, además de lo pegajoso del ritmo, porque la cantante desafía los mandatos heteropatriarcales que rigen las reglas en nuestra sociedad, al menos en la latina y se atreve no sólo a enfrentarlos sino a hacerse millonaria con ello.  

 

De entrada se dice loba y en nuestra sociedad, que juega con una doble moral, la definición de loba es distinta a la de un lobo. Así como un hombre público es un hombre “que tiene presencia e influjo en la vida social”, una mujer pública según la Real Academía de la Lengua Española es una prostituta o mundana.  En el lenguaje popular un hombre lobo, además de ser el legendario licántropo, es un hombre “que se las sabe de todas”, puede ser desde un “viejo lobo de mar” hasta el lobo de los negocios. ¿Por qué se le dice a una mujer loba? Se le llama así por ser sensual y seducir a los pobres hombres que no se pueden resistir a sus encantos y resultan sus víctimas.  

 

Y esto nos lleva a las definiciones y el uso sexista del lenguaje y por ende, su reflejo concreto en la sociedad y a la mirada que menosprecia lo femenino en nuestra cultura. ¿Cómo se usaría el término “loba” si se entendiera que  el papel que las lobas juegan en las manadas es clave para su supervivencia, pues son ellas quienes toman decisiones vitales tales como a dónde dirigirse, cuándo descansar, qué ruta seguir o cuándo salir de cacería? Clarissa PÏnkola Estés la define como “La loba, la vieja, la Que Sabe, está dentro de nosotras. Florece en la más profunda psique del alma de las mujeres, la antigua y vital Mujer Salvaje.” Brinda una reverencia a  la sabiduría interna de las mujeres y su obra Mujeres que corren con lobos es una prueba de ello.  

 

Entre las críticas que he escuchado y que me llaman mucho la atención hay dos: una en la que la cuestionan “porque no se puso a pensar en el daño que le hacía a sus hijos” y la otra “porque no se ve bien que una mujer haga público su despecho de esa manera”.  Cuando escuché y leí estos comentarios tuve que hacer una pausa para saber si lo decían en serio, pues pensé que era una broma. ¡Resulta que no! Hablaban en serio.  

 

Me pregunto por qué la cuestionan a ella en lugar de cuestionar la infidelidad de su marido. ¿Acaso él no debería pensar en el daño que le ha provocado a sus hijos y a su ex esposa con ello? Clara…mente, este no es el ángulo prevaleciente desde una mirada machista.  

 

La otra crítica me hizo reír mucho: las mujeres no pueden cantar ni gritar su despecho así. No es femenino. “Calladitas nos vemos más bonitas”, ¿cierto? Seguramente son las mismas personas que cantan El último trago o Te solté la rienda desde su ronco pecho cuando la ocasión lo amerita. Eso sí se vale. 

 

Me pregunto la razón por la cual estas personas que se encargan de salvaguardar la moral y las buenas costumbres no se escandalizan cuando un hombre despechado decide matar a su pareja o a la mujer que no lo quiere o con los 11 feminicidios diarios que hay en México. Por cierto, hoy que escribo esto y que está acabando el mes, van más de 300 feminicidios en el país. Tampoco los leo ni escucho envueltos en la bandera de las buenas costumbres pidiendo justicia para las mujeres que son atacadas con ácido por los hombres despechados que fueron rechazados por ellas ni por el hecho de que en México se considere como agravante sólo en 25 de los 32 estados de la República.    Tampoco les preocupa saber que 1 de cada 3 mujeres en el mundo ha vivido algún tipo de violencia por el simple hecho de tener cromosomas XX.   

 

Por esto le aplaudo a Shakira, porque ha tenido el valor de hacer justamente lo que no se espera de las mujeres: gritar su dolor, reconocerlo, ser creativa con su despecho, señalar la infidelidad de su exmarido y  facturar mientras canta “... a ti te quedé grande y por eso estás con una igualita que tú…”.  

 

Publicado originalmente en Animal Político el 30 de enero del 2023

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