Una de las exigencias de la sociedad es la seguridad, las personas quieren sentirse seguras y como respuesta el gobierno federal, estatal o municipal han empleado diferentes estrategias como el patrullaje o rondines de elementos por las vías públicas, operativos en temporadas especiales como navidad, líneas telefónicas exclusivas para recibir llamadas de emergencias o denunciar alguna injusticia pero en los últimos años el acceso a las tecnologías por parte de los gobiernos y su uso como política pública ha llevado al uso de cámaras de videograbación colocadas estratégicamente en diferentes puntos de la ciudad.
Y también el uso de drones.
¿Se han preguntado dónde están colocadas estas cámaras de vídeo vigilancia?, ¿Quién nos observa desde estas cámaras?, ¿qué pasa con nuestra imagen y qué uso se le da?
Estoy segura que usted estimada o estimado lector ha llegado a estas líneas creyendo que tengo delirio de persecución al contrario ¿por qué es importante reflexionar sobre el uso de cámaras y drones como estrategia de seguridad?
“Tener una cámara que está constantemente monitoreando una determinada zona geográfica permite conocer los hábitos, los movimientos y las conductas de determinadas personas. ¿Cómo influye esto en el desarrollo de la actividad en sociedad como el resto de los derechos y libertades individuales?”. Leandro Ucciferri, investigador de ADC Digital
Banda delictiva accedió a cámaras de vigilancia para operar en la Central de Abasto de la CDMX
Existe una línea muy delgada –pero existe- entre vigilar y violar los derechos humanos a partir de la vigilancia, espionaje, intromisión a la vida íntima y vida privada con el pretexto de la “seguridad”.
La vigilancia sistemática en México es una realidad y existe, recordemos el uso de del software Pegasus (Gobierno Espía) por parte del gobierno mexicano para espiar a reporteros y activistas, el uso de drones con la esperanza de garantizar la seguridad de las personas puede y por qué no podría tratarse de casos de espionaje a determinadas personas.
Caso Aguascalientes
La semana pasada el medio digital Newsweek daba a conocer que Usarán drones para vigilancia y mapeo urbano en Aguascalientes el encabezado si bien no explica dónde usarían estos drones más adelante en el cuerpo de la nota detallaban: La Secretaría de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Aguascalientes, iniciará en febrero el uso de drones como dispositivos para vigilancia de zonas naturales como el Bosque de Cobos, así como para realizar mapeos y levantamientos topográficos.
El problema no está en que se usen o no, sino en cómo se usa la tecnología para garantizar la seguridad, si bien la nota señaló que será el municipio quien emplee los drones para levantamientos topográficos, mapeos vigilancia de zonas naturales –donde no se tiene presencia humana las 24hrs- al ver los beneficios y costos de este tipo de estrategias se pueden implementar en toda la ciudad.
Aguascalientes tiene ya varios años usando cámaras de vídeo vigilancia, si bien no recuerdo cuando inicio esta política de seguridad las y los hidrocálidos podemos recordar que cada tanto las administraciones reportan la actualización de los equipos por daños de las mismas.
15 de noviembre, estarán instaladas las 200 cámaras de video vigilancia adquiridas por la actual administración, cada una de las cuales requirió una inversión de entre 200 y 300 mil pesos para su instalación.
En los sitios web de las dependencias municipal y estatal no encontré información sobre las cámaras de vigilancia.
Hablar de video vigilancia también es pensar en cómo las personas adquieren muy fácil y económico cámaras para instalar en sus casas, oficinas, negocios y la facilidad con que las personas hacen uso de estos equipos. Se han preguntado quienes más tienen acceso a esas cámaras, quién puede estar observando, dónde se almacena toda esta información.
El respeto a nuestra privacidad es un derecho
Como ciudadana claro que me preocupa la seguridad y sé que estas cámaras han ayudado a personas conocidas a resolver temas como robo a casa habitación o algún choque, pero también me preocupa el uso que se hace de mi imagen.
El tema no es sí usar o no este tipo de mecanismos, sino garantizar que estos sean bien utilizados y reflexionar como gestionamos nuestra privacidad.
Sé que al menos en mi contexto -vivir en México- el sentimiento de seguridad es una deuda de los gobiernos en cualquier nivel, pero debemos reflexionar como las políticas públicas pueden vulnerar nuestros derechos.
El derecho a tener una vida privada asegura la libertad y la dignidad de las personas, y es requisito para el ejercicio de otras garantías fundamentales, como la libertad de expresión.
Hoy, la privacidad está más amenazada que nunca: los gobiernos y el sector privado están utilizando la tecnología para violar la intimidad de las personas, con fines diversos.
Es por ello que necesitamos políticas públicas que protejan a los ciudadanos de estos abusos y garanticen el derecho fundamental a mantener parte de nuestra vida en privado.
Derechos Digitales
Tour Delirio. Salsa y vigilancia. Historias de salsa y vigilancia en América Latina
Posicionamiento frente a las declaraciones del Presidente López Obrador y el Secretario Durazo acerca del cese de acciones de vigilancia y espionaje por parte del Estado
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