Es la segunda vez que me toca aislarme la primera vez fue un el 2009 cuando iniciaba la influenza y digo iniciaba porque ahora forma parte del catálogo epidemiológico de cada año.
El domingo que cancelaron la Feria Nacional de San Marcos estábamos en casa de mi abuela paterna y llegó un tío diciendo muy asustado “se ha cancelado”. Poco entendía en ese entonces.
Estudiaba en esos años el segundo semestre de la carrera pero para nada del mundo me siento hoy como me sentía en esos años.
Tenía apenas 18 años, vaya que han pasado los años, las historias y eso que la gente adulta llama experiencias de vida.
Aunque ya había internet y en casa tenía computadora la televisión estaba casi todo el día encendida en las noticias escuchando cada minuto lo que sucedía en el mundo, era la forma en la que nos manteníamos conectados. Recuerdo que tuve que entrar al sitio web de la UAA para leer el comunicado y saber de la suspensión de labores dos semanas más –¿o fue una?-
Las cosas eran distintas, la casa estaba llena de gritos y ruido, la familia aún vivía en casa así que el silencio no existía, mi hermana –ahora hace preciosos vestidos de novia- nos hizo coquetos cubre bocas con retazos de tela, recuerdo que al ser la mayor me tocaba ir a la tienda por las provisiones –eso no ha cambiado-.
“Lo que queda del año será difícil económicamente”, no entendía de economía pero lo decían los adultos, mi padre lo repetía. Para nosotras siempre fue difícil, ¿qué más difícil podría ser?.
Han pasado los años, las cosas han cambiado, cambiamos de vidas, de experiencias, desarrollo tecnológico y escribo desde esa misma casa ahora solo con el eco de las teclas que golpeo para escribir este recuerdo, los años pasaron y el virus cambio de nombre.
Hoy entro a las redes que me notifican cuantas personas más se han contagiado en el estado, veo películas con un clic –bueno hago todo a un clic, a veces dos-, entiendo que nos va a pegar económicamente y me uno a vídeo llamadas para seguir trabajando desde la oficina adatada en gimnasio, estudio de yoga, sala de diversiones.
En el 2009 una de mis materias de la universidad era periodismo de opinión y justo antes de las vacaciones de primavera veíamos el cartón editorial, el aislamiento del 2009 me puso a hacer diferentes cartones (hoy en día sería un meme periodístico) para ese entonces el Blog de Angie ya existía pero revisando el historial no encontré ningún texto de esa época pero si encontré algunas crónicas que entregue para esa misma clase ahora 11 años después el Blog de Angie continua y otros formatos periodísticos que pueden consultar en estos tiempos de aislamiento como Pinta Violeta, El Twittazo y la vídeo columna en LJA.Mx
CUBREBOCAS
En menos de unas semanas el cubrebocas se ha vuelto el amigo de chicos y grandes, el más solicitado en todo el mundo y sin duda el santo que nos resguarda del mal llamado “influenza humana”.
Cientos de empresas pararon su labor diaria para elaborar miles de cubrebocas que viajaran por el mundo para salvarle la vida a una persona, Paris, Milán Nueva york se visten con la más alta costura del cubrebocas.
Los jóvenes sin quehacer personalizan al cubrebocas, dándole bigotes, sonrisas, labio sexys pintados de rojo, dientes saltones, hasta la mascara del santo y la sonrisa juguetona de la muerte hacen su aparición en este desfile mundial, desde le tapaboca de cirujano que despierta la imaginación de los pequeños que sueñan con ser médicos cirujanos y de los grandes que vieron truncados sus sueños hasta el cubrebocas estilo pintor con hoyitos para respirar al más puro estilo de Aníbal.
Vivimos la fiebre del oro, la época del hippie, el amor por el rock, el modernismo y no se diga el nacimiento de la época tecnológica, hoy nace la fiebre del cubrebocas.
Del archivo de los recuerdos. Abril 2009, Crónicas de "Diario de una influenza"
Las cosas han cambiado de la influenza al coronavirus, desde la nostalgia y la añoranza no sé si en el 2009 me llegué a imaginar así como ahora me miro, no sé ni siquiera si hubiera imaginado que más de una década después en los mismos meses volveríamos a estar en aislamiento, ahora es el coronavirus quien nos mantiene en casa, quien desde el privilegio me permite hacer un alto a la vida, al ritmo y recordar aquellos años.
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