Hace unos días encontré unos escritos realizados en mi adolescencia. Las hojas amarillas y los tipos de la máquina brother con la que inicié mi carrera de periodista, inmortalizados por la tinta de la cinta que usaba la tecnología de ese tiempo. Y no hace mucho, solo que las nuevas propuestas de comunicación, tecnología e internet no dan respiro. Un mensaje de Mujeres Construyendo que invita a compartir desde nuestros blogs que Agosto ha sido mes dedicado a dar una mirada a cómo está la situación de las niñas en el mundo se unió a este reencuentro con esos papeles de adolescencia porque tienen respuesta a esas preguntas que nos podemos hacer al pensar en nuestras niñas de hoy.

Cuando niña aprendí que podía soñar con estudiar una carrera profesional, trabajar y lograr cualquier cosa que me propusiera, sin límite. Lo importante era no distraerme de esa meta. Y así fue. En ese sentido he sido feliz, como muchas mujeres contemporáneas conmigo. Una excelente carrera académica y laboral que nos permitieron nuestras antecesoras que dieron la lucha silenciosa y radical del feminismo. "Enamorarte, casarte, bah! para eso hay tiempo, sigue formándote, liderando!". Luego interactué y aprendí de enfoque de género en mi juventud gracias a los programas de formación de ASDI, la agencia de cooperación sueca con universidades y centros de formación en periodismo y liderazgo.

Sin embargo, luego de enamorarme, casarme y aprender a ser esposa y madre de una hija, he ido adquiriendo una perspectiva distinta. Si bien fue importante darle relevancia a la formación académica, intelectual y laboral, el proyecto de vida personal no debe estar desligado. Y mentiras, para eso no hay regreso. La vida va hacia delante. Es cierto que no podemos encasillar a la infancia de nuestra niñas en modelos y roles que limiten su desarrollo espiritual, intelectual y social, pero tampoco hacerles ver que no son prioridad para su vida, la vida de la sociedad que construimos entre hombres y mujeres.

¿Qué quieres ser cuando grande, hija? y me responde: "detective" y hace unas horas me dijo que quería ser policía para detener a los malvados. Pero cuando ve que su padre y yo compartimos responsabilidades en el hogar y con ella, dice 'cuando grande quiero ser como tu, mamá y tener un novio como papá, puedo?'. Hoy día para, nosotras, mujeres, en muchas partes del planeta es más fácil hacer uso de los derechos ganados. Las leyes de cuota, las políticas de género, los programas mundiales de empoderamiento con el tiempo han hecho su aporte a la visibilidad y bienestar de la equidad y el equilibrio. Pero esa equidad y equilibrio comienza por casa, en el proyecto individual de cada uno y cada una de nosotros y nosotras. Lidiar con la brecha de género, el doble rol, el techo de cristal, la trampa de excepcionalidad, la discriminación de género y la violencia de género disminuirá en la medida que promovamos relaciones sanas, incluyentes y la corresponsabilidad con proyectos individuales flexibles a favor de la construcción de una vida familiar.

@aidamar

Publicado en Panel Sin Fronteras

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