Cuando se habla de empoderamiento se refiere al proceso por el cual se aumenta la fortaleza espiritual, política, social  o económica de los individuos y las comunidades para impulsar cambios positivos de las situaciones en que viven. Generalmente implica el desarrollo en el beneficiario de una confianza en sus propias capacidades.

Considerando que a lo largo de la historia el papel que la mujer representa en la sociedad ha sido menospreciado respecto a la presencia del hombre en la mayoría de las aéreas del desarrollo del ser humano, actualmente tenemos un largo camino recorrido de logros y avances pero desafortunadamente la balanza todavía no está a nivel.

Durante muchos años esta diferencia impidió que las mujeres tuvieran acceso a un trato igualitario al que recibían los hombres: ellas a la casa o a las “labores menores” y ellos al trabajo rudo y “de pensar”, situación que afectaba no solo el núcleo familiar sino también el grado de presencia en la sociedad.

No fue sino hasta la participación que la mujer tuvo durante la Segunda Guerra Mundial  que su rol empezó a trascender ganando lugar en diversos sectores que hasta entonces habían sido encabezados por hombres, principalmente en el campo laboral. Se dio entonces que la concepción que la sociedad tenia acerca del papel de la mujer poco a poco fue cambiando empezando a darse cuenta que nuestro fin único no era el de tener hijos y mantener la casa aseada.

Tristemente estos estereotipos siguen vigentes, aunque en menor grado del rol que desempeña la mujer contemporánea en la sociedad.  Desafortunadamente existen sectores de la población mundial que continúan bajo una serie de ideas  arraigadas sobre el papel que debe tener la participación de la mujer en el mundo.  

Uno de los factores principales para que la mujer no pueda tener un papel de importancia y trascendencia en diversas aéreas es la inequidad. Afortunadamente día a día son cada vez más las mujeres que se esfuerzan con el fin de romper los paradigmas bajo los cuales hemos sido catalogadas durante los últimos siglos y hemos comenzado a exigir equidad en cuanto a participación y oportunidades con las que deben contar ambos géneros.

Todo esto con el fin de demostrar que las mujeres tenemos la capacidad de ser participes de las decisiones con las que se rige la vida actualmente. Orgullosos ejemplos de ello son mujeres presidentes de países, políticas, empresarias, etc.

¿Cómo lograr ese cambio que aún falta en sectores o poblaciones que aun distan mucho de ser equitativos? Por medio de la evolución de mentalidades colectivas y de la capacidad  que las personas pueden lograr al facultarse al ir en busca de esta transformación. Es así como el sujeto consigue sus aspiraciones de desarrollo, bienestar y cumplimiento de derechos y libertados con las que cuenta todo ser humano.  En el caso de la mujer, existen diferentes aéreas en las que durante los últimos años se ha conseguido mayor participación e incremento del empoderamiento que podemos llegar a tener, por ejemplo:

• Ambito social:  La mujer deja de ser la “mitad” del hombre y busca equivalencia de género en la participación que puede llegar a tener en la toma de decisiones en temas de desarrollo, sociedad y comunidad.
• Plano individual: Gracias al compromiso que hemos adquirido y desarrollado con motivo de exigir equidad de género derivado de la lucha que se ha llevado a cabo por conseguir el cumplimiento de nuestros derechos. Para esto se necesitó de una larga lucha con nosotras mismas acerca de que si lo que estábamos haciendo estaba bien como el ir contra lo que la sociedad marcaba así como exigir al Estado que se comprometiera a garantizar el cumplimiento responsable de nuestros derechos.
• Ambito económico: De acuerdo a diversas organizaciones, el empoderamiento que hemos alcanzado en la vida económica ha logrado un nivel de desarrollo internacional impresionante, mejorando la calidad de vida con la que actualmente se desenvuelve la mujer. Al haber igualdad de género en el sector privado, las empresas tienden a mejorar los resultados que arrojan.

Es nuestro deber como generadoras de vida ser también generadoras de cambio pues es desde la familia que creamos o criamos los vectores sociales que habran de sojuzgarnos o apoyarnos en nuestro avance hacia una mejor calidad de vida global.

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