Hay proyectos que no se planean: se gestan.

Nacen despacio, en silencio, en los momentos donde la vida nos pone frente a nosotras mismas. A veces surgen en la oscuridad, literal y simbólica, y nos invitan a mirar aquello que no habíamos querido mirar.

Midlife Atelier nació ahí.

En un tramo de la vida donde muchas de nosotras transitamos preguntas que no siempre sabemos poner en palabras:

¿Qué sigue para mí?

¿Quién soy cuando ya cumplí tantos roles?

¿Qué hago con este cansancio?

¿Dónde dejo lo que ya no soy?

¿Cómo abrazo lo que viene, sin miedo?

Durante casi tres años viví un proceso de pausa forzada por un problema visual que me obligó a detener todo. Cursos, consultorías, proyectos, ritmos, incluso rutinas emocionales que creía seguras.

Aunque fue duro, también me enseñó algo esencial: las mujeres en en esta etapa, mediana edad o midlife, necesitamos espacios donde podamos respirar, sentir y pensar juntas.

No espacios de exigencia.

Ni de productividad.

Ni de fórmulas mágicas.

Espacios honestos, amplios, bellos, donde podamos regresar a nosotras con dignidad y sin prisa.

Ahí empezó a formarse Midlife Atelier: como un pequeño refugio para recuperar claridad, como un estudio íntimo para ordenar lo que sentimos, como una puerta para que otras mujeres pudieran acompañarse a sí mismas desde un lugar más amable.

Hoy ese espacio existe.

Tomó tiempo, paciencia, luz y sombra.

Y me alegra compartirlo aquí, en esta comunidad que desde hace años ha sostenido conversaciones profundas sobre vida, propósito, resiliencia y reinvención.

Midlife Atelier reúne recursos diseñados para acompañarnos en esta etapa de la vida: claridad, calma, propósito, relación con el dinero, introspección, decisiones, y ese “volver al centro” que tanto necesitamos.

No es una tienda.

Es una invitación.

Una invitación a darnos permiso de mirar la midlife como lo que realmente es:

una etapa poderosa, creativa, honesta y luminosa, que merece ser acompañada con cuidado.

Si quieren asomarse, les dejo el enlace en mi perfil.

Si no, ojalá estas palabras les recuerden que la mitad de la vida no es un final:

es un comienzo distinto, más consciente, más sabio y, sobre todo, más nuestro.

Gracias por caminar, por leer y por seguir construyendo juntas.

Con cariño,

Claudia Calvin

Fundadora de Mujeres Construyendo 🌿✨