No sé si ser hombre sea una desventaja, en todo caso preguntaría: ¿desventaja frente a qué o a quién? Crecí con una mamá feminista, rodeada de muchas mujeres feministas y también en un fuertísimo patriarcado; en resumen, en mi etapa formativa de primera infancia tuve de todo. Eso hoy me permite moverme en diferentes ámbitos, ser muy adaptable, que le llaman.
No sé si ser mujer tenga ventajas, en todo caso me haría la misma pregunta que al principio; por supuesto que tengo claro que hay muchas desigualdades sociales y de ahí derivan las laborales, las culturales y todas las demás inequidades.
Pero más allá de eso que está afuera y que claro que quiero que cambie, para mí ser mujer no ha representado una desventaja en sí mismo. Sí, he padecido las desigualdades de muchos tipos, pero para mis operaciones diarias, personales, emocionales, intelectuales y hasta sexuales, ser mujer ha sido maravilloso, jamás he renegado o he lamentado serlo y tampoco me he sentido me-nos que ningún hombre.
Gracias al feminismo de mi madre es que jamás me he puesto a competir con los hombres, mu-cho menos a entrar en una batalla de a ver quién es más, eso o lo otro; gracias a ese feminismo que se partió la cara para romper esquemas es que aprendí varias cosas sobre ser mujer.
— Ser una mujer liberada no significa ponerse los pantalones y convertirse en hombre, por el con-trario, ser una mujer liberada es seguir el instinto propio y perseguir los propios sueños.
—Ser una mujer empoderada no es hacer lo mismo que los hombres, es ser auténtica, es ser y hacer lo que una quiera sin darle explicaciones al mundo, sin pedir permiso por ser o hacer.
— Ser una mujer moderna es buscar nuestro propio camino, nuestros propios métodos, nuestras estrategias personales.
— Ser una mujer emancipada no significa dejar los roles antiguos para ahora seguir los roles mo-dernos que manda la sociedad, ser una mujer emancipada es ser lo que cada una guste, presi-dente de un país, dueña de una súper empresa o mamá de tiempo completo. No se trata ahora de convertirnos en hombres con faldas como muchos gustan decir, se trata de ser nosotras con nues-tro estilo propio y haciendo lo que más nos guste.
No sé si ser mujer tenga ventajas sobre algo o alguien, pero estoy convencida que ser mujer es padrísimo porque tiene lo mejor de dos mundos en mi opinión:
— Nos gustan los hombres, pero también nos pueden gustar las mujeres ¡Qué bonito!
— Podemos pintarnos la cara sin parecer payasos (en el mejor sentido) y también podemos salir de cara lavada.
— Podemos recibir chocolates, flores y bombones, pero también los podemos enviar ¡Padrísimo!
— Somos dadoras de vida, sostenemos vidas, pero también nos pueden sostener y levantar.
— Podemos tener hij@s, pero también podemos decidir no tenerlos ¡Chingón!
— Podemos preparar la cena, ir a Luna y regresar en diez páginas, y luego sentarnos a ver una serie policiaca.
— Podemos emocionarnos con los musicales, y también con las pelis de monstruos, robots y ciencia ficción.
— Podemos reír a carcajada batiente y luego llorar sin pudor alguno.
— Podemos ser cocineras y viajar al espacio.
— Podemos arrullar a un bebé y excavar cavernas.
No creo que las mujeres tengamos más habilidades que los hombres, creo que sólo hemos desa-rrollado algunas más que ellos, esas que la sociedad nos ha asignado como roles, pero que se pueden cambiar cuando así lo decidamos, así que la ventaja de ser mujeres es básicamente ha-cer lo que nos dé nuestra regalada gana, y qué.
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