Soy mujer y soy joven, pero no es pretexto para exigir un trato especial o consideraciones por mi género, en eso recae la exigencia de muchas y el enojo de otros.

Es como si nos dijeran “¿felices?, alcanzaron lo que querían, ser consideradas en puestos sin experiencia, apellido o marido”, pues no, yo no estoy feliz y mucho menos satisfecha, por qué nos faltan varias cosas, una de ellas: empoderarnos.

Entendamos por empoderamiento: el poder de decisión sobre nuestro pensamiento, sexualidad, vida, actuar, decidir, aceptando las consecuencias de las mismas, Marcela Lagarde señala “el empoderamiento de las mujeres no tiene nada que ver con una revanchista contra los hombres”, explicó esto por las múltiples imágenes de la mujer golpeadora, machorra, que la cultura nos ha dado para ilustrar el empoderamiento.

Bueno y a dónde voy con este tema, en los actuales procesos electorales que estamos viviendo, se dan diferentes expresiones de apoyo y desprecio a los movimientos que buscan, primero la participación de la mujer, segundo su empoderamiento.

Es normal ver en las fotos en los medios de comunicación o de redes sociales a las pre candidatas acompañadas de hombres o voceros, ahora que deben armar las planillas se cuestionen: “nos faltan mujeres”, “no hay mujeres”, es ¿en serio?.

Primero, sí hay mujeres, segundo son las que mueven desde sus inicios los cimientos de los partidos políticos, en mis recorridos por las colonias del municipio capital y en una gran mayoría de los municipios he encontrado a las famosas “líderes seccionales”, aquellas mujeres que coordinan una colonia, son madres, profesionistas, esposas, pero principalmente hacen y viven la política, he escuchado a muchas y muchos quejarse de ellas, de su colmillo y “formas”, pero esa es una población de mujeres activa, sin capacitación y considerada solo cuándo se necesita.

 

Posteriormente nos encontramos con las que no se asumen como verdaderas candidatas, de qué me sirve tener una planilla de mujeres a la alcaldía si se asumen como “compañía” del candidato, una de estas mujeres en una rueda de prensa afirmo “estoy segura que una servidora va a ser su dama de compañía en la presidencia municipal”, el chiste no es solo creérselo, se debe de trabajar para “ser” la candidata y no solo una cara bonita.

Ya había comentado en el texto Las mujeres en la política, parte 1, que los partidos al sentir la “obligación” de postular a mujeres, seleccionan a los menos adecuados, y no, no es que quiera menospreciar a las candidatas, pero no solo es necesario ser mujer, se debe tener la preparación para ser.

Más que contribuir a que las mujeres alcancemos espacios, contribuyen a que las mujeres crean que “es necesario ser y parecer”.

  • Esposas/hijas/parientes, aquellas que creen que para alcanzar deben tener el apellido o que solo con el apellido van a lograr algo, también sucede que ellas no lo buscan pero por ser mujer con un apellido importante terminan en una lista.
  • Amantes, todas y todos conocemos a las que llegaron gracias al “acoston”, esa forma milenaria y negada dónde la moneda de cambio es el cuerpo, hasta qué punto se debe cambiar una oportunidad por “satisfacer” a alguien.
  • Feministas de aparador, aquellas que gritan, exigen, y usan los lentes morados, pero al momento de ejecutar las acciones, tomar las decisiones olvidan la sororidad y atacan.
  • Las “no había más”, aquellas que tienen las ganas pero no las bases suficientes para representar un puesto, ser mujer no lo es todo, pero no podemos lanzar a funcionarios sin experiencia, porque el entusiasmo no lo es todo.

 

Estoy a favor de las caras nuevas, de los rostros que vienen a refrescar la política, todos sabemos y escuchamos las críticas al sistema partidista mexicano, se cansan de los spots dónde prometen: “son los mismos que buscan robar más al pueblo”, la cuota de género nos da la oportunidad de eso, de traer nuevos rostros, de diversificar la política y hasta generar una esperanza.

Creo que los feminismos en la política deben fomentar en las mujeres el empoderamiento y el acompañamiento de las más experimentadas, el primero para creer en una misma y en nuestras capacidades, de tomar decisiones y arriesgarse, y el segundo porque en este ambiente es mejor tener alguien que te apoye. 

Sigo creyendo que la cuota nos da la oportunidad de participar en puestos que no tan fácil serian otorgados a mujeres, pero no por eso carecemos de mujeres y no por eso debemos exigir todo por ser mujer, hoy veo a uno que otro partido discutir porque el Instituto Estatal Electoral les cambio la jugada y ahora buscan a mujeres hasta por debajo de las piedras “nos faltan mujeres” menciono una mujer, no les faltan mujeres, mejor preparen a las que están presentes y apoyen a las que quieren serlo.

 

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