Uno de los más grandes problemas que enfrentan las madres trabajadoras es “en que manos dejan a sus hijos”,  confiar  lo más preciado que es un hijo pequeño, que no sabe hablar, o comienza a caminar,  o bien requiere de algún guía para hacer la tarea, mientras ellas están trabajando en horarios poco flexibles, y traslados hasta de 2 horas es el vía crusis diario de muchas mujeres.  

Buscar un trabajo  es un reto, y si le sumamos el poder llegar acuerdos con el jefe, patrón en cuanto al horario, y poder realizar las labores de Madre Trabajadora con la intranquilidad que da el dejar a un hijo encargado en la guardería,  pre-escolar, primaria, y que los tíos, abuelos hagan la labor de pasar por ellos y seguir con su vida en casa es la causa de muchos conflictos sociales que vemos todos los días, sin pensar eso jóvenes que algún día pertenecieron a este grupo y que hoy le restan autoridad a esas Madres que los sacaron adelante, dando paso al libertinaje o creerse merecedores de todo lo que los medios ofrecen para pertenecer a un “Status” donde en la realidad no pertenecen.

Hoy en día la responsabilidad de llevar un hogar en México, recae en un alto porcentaje en las Mujeres, tomando en cuenta que  ellas son las únicas que intervienen la educación, manutención, diversión. Sin embargo, encontrar una guardería , pre-escolar, que den un servicio de calidad, donde sus valores estén por encima de la cuestión económica es complicado, hemos sabido de negligencias, maltratos, falta de procedimientos efectivos de seguridad que resguarden la vida de los pequeños, y en las primarias es sorprendente ver que para los primeros años los pequeños llevan mochilas tan grandes como el niño, y se piensa en el cómo máquina de hacer dinero.

Encontramos padres en México y Centro américa que buscaban una oportunidad de trabajo para llevar una mejor calidad de vida y emigran al extranjero, dejando hijas en manos de personas que no tienen ningún vínculo familiar,  sin valores, sin educación y con grandes necesidades económicas, generando así una gran oportunidad para hacer dinero, vendiendo a esas pequeñas a redes de tratas, hijas que jamás volvieron a ver a sus padres, y otros padres enviando dinero y pagando polleros para que pasen a sus hijas a otros países, y éstas nunca llegaron.

Se las robaron, las vendieron y las prostituyeron.

La violencia de género no solo se da en Mujeres adultas, es mayor en menores, donde el modus operandi es el secuestro y robo, para venderlas a bares o tugurios, obligándolas  a realizar actos que ni ellas mismas conocen hasta que se vuelve un hábito dejando su inocencia, perdiéndose en un mundo de dolor, tristeza y desesperanza. Las políticas públicas, las iniciativas, las reuniones para llegar y tomar acuerdos suenan muy bien, gente “intelectual”, del poder o pomadosa dijera mi abuela, en desayunos acordando y fijando fechas firmando frente a las cámaras de tv  lo pactado, mientras las estadísticas arrojan otra cosa. De Mujer a Mujer te comparto mi impotencia, mi desesperación por no poder rescatar a tantas pequeñas que vinieron al mundo esperando tener una oportunidad como muchos, y que se enfrentaron a la miseria humana, sin contar con las herramientas suficientes  para defenderse. Usted querido lector si es una persona responsable con los suyos, siembre conocimiento, apoye a  aquellos que viven en la carencia y que por necesidad han dejado a sus hijas en manos poco confiables, hagamos una cadena donde cada eslabón sea una herramienta para los padres y las hijas, quintando así  un peso y un sentimiento de culpa a la ya pesada tarea de ser MADRE-TRABAJADORA.  

Hasta Pronto!  

Gaby Olivera


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