En la actualidad, en este maravilloso y complicado siglo XXI, vivimos con tantos cambios y con una rapidez vertiginosa, enfocados siempre en lo exterior, atentos a nuestro celular y los grupo a los cuales nos han incluido, preocupados por estar siempre conectados y a donde vayamos haya señal de Wi-Fi, para revisar constantemente nuestras redes sociales, como si eso fuera a darnos paz.
Todos estos distractores nos causan mayor estrés, debemos vivir atentos a lo externo, evitando así que nos pongamos en contacto con nuestro Yo interno, y enfoquemos las necesidades de nuestro interior. Nos falta ser disciplinados y mas que eso educación para des-apegarnos por unos momentos de todo lo externo.
Hablar del Interior es enfocarnos en las sensaciones, emociones, que en la gran mayoría las personas desconocen y son difíciles de identificar, aun cuando saben que existen emociones molestas, sensaciones incomodas y pensamientos negativos que rondan la mayor parte del día la cabeza.
Vivir dentro de una calma chicha, como en el ojo del huracán es vivir al borde de un verdadero torbellino de emociones desconocidas que cayendo como la lluvia a torrenciales provocará un estado de dolor e inconformidad con el que se vive 24 horas, y con el desconocimiento que el placer y el dolor son parte de la vida, solo que hay que identificar sus manifestaciones y conocer de donde vienen para tomar esa fuerza interior que todos tenemos y dar cause a todo lo que sentimos, y no poner un tapón cubriendo con la indiferencia a nuestras propias emociones y manifestaciones del cuerpo.
En el oriente hablan de la fuerza interior y se refieren al Ki, chi, ellos enseñan a canalizarla, o bien aumentarla, es parte de una educación ahí es donde ponen sus enfoque, convirtiéndose en seres resilentes. Cuantos de nosotros hemos atravesado momentos de crisis, momentos difíciles, y también, porque no contratiempos que nos hacen perder el equilibrio debilitando de momento nuestro ser. Para sacar la fuerza se requiere de enfoque en el momento que atraviesas, identificar la emoción que se presenta; y como hacerlo? Medita, siéntate y permite a tu cuerpo que fluyan las emociones, identifica tu presente, destraba todo aquello que una ves formó parte de tus “creencias limitantes” (No debes llorar,
No debes demostrar tal y cual sentimiento) sino por el contrario permite a tu ser que se exprese, escucha lo que pide, no te alejes, evita cerrar la puerta al sentimiento, no huyas.
Recuerda que los grandes cambios de tu vida inician desde dentro, solo así podrás darte cuenta si has conectado con tu Yo interno, y podrás hacer uso de tu fuerza, esa que emana de tus entrañas, de tu energía, de tu vibración.
La mente de todos es inteligente sin embargo no todos tenemos la capacidad de lograr la plenitud.
Y cómo lo puedes lograrlo? Teniendo compasión por ti mismo, procurando la bondad y reconociendo la belleza del ser humano, de tu ser!! La base de tu cerebro es la verdad, y de esa manera debes buscar el bien ser, no el bien-estar, ya que de esa manera cambias tu enfoque, porque te has dedicado a buscar el Tener lejos de preocuparte por el Bien Ser.
En la neurociencia se trabaja con lo que sucede en el cerebro y como se genera el ahí el Bien-Estar de tu Yo interno, gestionando emociones, y lograr el equilibrio.
Mira que se ha descubierto que la competitividad es buena, pero se ha convertido en un virus mental, de nuestra era, esto es para todos los humanos ya que genera ansiedad, estrés, provoca sentimientos de frustración y en ocasiones negativos, aislamiento, sensaciones de vacío, hasta llegar a perder el rumbo en sus carreras y en su vida. Hemos llegado a pensar que otros son menos que nosotros, y al primero que llegamos hacer menos es a nosotros mismos.
Trabajar en tu Yo interno da como resultado el ser una persona bondadosa, introduciendo en tu vida el BIENESTAR de tu Yo interior, siendo capaz de ser resilente, amoroso y con una gran fuerza interior que evitará el desequilibrio en los momentos de crisis en tu vida, es cuando logras comprender porque aquella persona salió adelante de una situación difícil sin perder el equilibrio, como es el caso de las personas del holocausto que superaron esa etapa extrema logrando sobrevivir encaminados a una vida fructífera.
Hasta Pronto!!
Gaby Olivera
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