El otro día tomaba un café con Evelyn y una de sus amigas de la infancia y coincidíamos en que las amistades en Nueva York son más que amistades, son tu familia. A pesar de que esta ciudad esta repleta de jóvenes es difícil encontrar amigos. Algunos llegamos por trabajo, otros porque quisimos llegar, otros llegamos porque nos trajo el destino, pero coincidimos en momento, en espacio y en lugar en la ciudad del mundo, esa ciudad con la que tienes una relación bipolar como ya les he contado en otros posts, a la que a veces amas, a la que a veces odias, sea cual sea la razón por la que hayas llegado, muchos de nosotros no tenemos familia directa aquí, tenemos la familia que formamos, la familia que elegimos, esos a los que llamamos amigos.
Si bien, así tendría que ser en todos los lugares donde los amigos son la familia, en Nueva York, como en cualquier ciudad grande, esto es un aspecto esencial para tu vida, porque como dice Luis Eduardo Aute, el pensamiento de la gente en las grandes áreas metropolitanas, es estar de paso, ya que queremos exprimir nuestros intereses personales ya sean laborales, artísticos, sentimentales o experimentales al máximo, nunca sabes cuanto tiempo te queda en Nueva York, cuanto tiempo resistas, mejor dicho y a lo mexicano, los neoyorquinos temporales o atemporales queremos criar fama y echarnos a dormir todo en un minuto neoyorquino, osea era para ayer, ya vas tarde, tardísimo, apúrale...
Ese pensamiento de que estas de paso, hace muy complicado entablar una amistad fiel, porque estas en transito. Es difícil encontrar una amistad que este siempre mientras dura tu estancia (porque no te quedas, no puedes ofrecer un a largo plazo aunque con el Internet todo se puede pero ¿quien sabe?, nadie sabe)una amistad que sea verdadera y de sin esperar a cambio en momentos difíciles en dólares americanos, por eso, una vez que las encuentras, hay que aferrarte a ellas como dice el poeta Shakespeare con alas de acero.
Es por eso que a lo largo de mi vida me he aferrado a las amistades leales y más ahora viviendo en ciudad gótica lejos de mi familia en México, he construido una familia que he podido escoger, este grupo de amigos y amigas que son mi núcleo familiar en esta ciudad tan cosmopolita.
Tus amigos en Nueva York son las personas que van a acompañarte al hospital cuando estas cocinando y te cortas el dedo de la mano y necesites puntadas, estés en un décimo piso en pleno centro de Manhattan en fin de semana, lleno de turistas, no haya taxis que te quieran llevar al hospital porque esta lejos y estés sangrando (ehm si me paso, y así como suena fue un complicado). Son aquellos que cuando tengas un ataque de pánico en el metro estén ahí para decirte ¿dime en que estación estas y voy por ti?, los que van a ayudarte a mudar cuando tengas que empacar de nuevo porque tuviste problemas con el rentero o había muchas ratas en el departamento, los que van a celebrar tu cumpleaños a pesar de sus agendas super-ocupadísimas, los que van a estar en contacto contigo especialmente los días llenos de nieve y el friazo este de la fregada, cuando necesitas un chocolate abuelita o una sopita de fideo, unas tortillas, cuando te acuerdes de tu familia y pares de correr en el bullicio semanal, cuando andabas de delivery y te caíste de la bicicleta, te golpeo un coche que venía distraído porque venía texteando, no tienes seguro y necesitas ir al quiropráctico, cuando te estas divorciando y no tienes nada más que a tu otra mano, porque ni tu perro, ya que se lo quedo tu ex-pareja. ¿Les parece que estuviera describiendo una amistad como en cualquier lado? Tal vez, pero aquí la gente toma ese papel de neoyorquino en el que estas siempre corriendo a mil por hora y no hay espacios en blanco para compartir.
La naturaleza de los neoyorquinos, en esta selva de concreto como dice la canción, es brutal, es de sobre vivencia, no hay buenos ni malos solo humanos con sus debilidades y diferentes maneras de enfrentarnos a las cosas de acuerdo a nuestros valores, problemas, cultura y el pan de cada día. Somos muy diferentes, los neoyorquinos tenemos en común que vivimos aquí y nada más, por eso cuando encontramos amigos verdaderos, nos aferramos a ellos y los conservamos sin saber a donde nos va a llevar la vida en la próxima parada.
Publicado en LasNeoyorquinas.com el 24 de abril 2015
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Comentario
Hola Ale muchas gracias por comentar. Así es esto no solo es exclusivo de la gran manzana si no de las grandes metropolis, me paso lo mismo cuando vivía en Barcelona, cuando estaba soltera, divorciandome fue más dificil porque pensaba que tenía a mi lado a mi familia pero no fue asi. En fin! El valor de la amistad es muy importante donde estemos, y fijate como son las cosas, somos paisanas, yo también nací en Torreón! Un abrazo y gracias por comentar en mi post
Martha, me encantó leer tu blog, me acordé en mis tiempos de soltera viviendo sola en el DF recién llegada de Torreón. Aunque no me lo creas, aunque es casi la misma cultura, pasa igual en esta gran metrópoli cuando llegas de fuera, o al menos pasaba en mis épocas. Si te enfermabas, no había un familiar que te atendiera, era la amiga que te llevaba la sopa, tal cual lo mencionas, o que te acompañaba al doctor o que te recogía en el aeropuerto. Esas amigas, normalmente eran también foráneas, por que entrar a la dinámica familiar de alguien de aquí era más complicado. Una amiga y yo contamos cómo nos decepcionamos llegando por que entre semana todo mundo en el trabajo fue muy amable y llegando el viernes, nos decían nos vemos el lunes… nosotras esperado tener un plan el fin de semana con nuestros nuevos compañeros cosa que no sucedió tan fácil. Nos tomó tiempo adaptarnos y que nos integraran, definitivamente esas amigas son valiosísimas! Hay que cuidarlas!
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