Y así me levanté hoy, preguntándome y recapitulando en las formas en como los seres humanos elegimos lo que elegimos. De niña recuerdo que elegir era muy sencillo y hasta divertido, tan solo se trataba de entonar una canción y apuntar con el dedo índice “de tin marin de do pingüe, cúcara mácara títere fue”. Otras veces sucedía que jugando con los de la cuadra teníamos que elegir a un@ líder, y como much@s querían serlo, se aplicaba el famoso “chin chan pú”, que también era conocido como “piedra, papel o tijera”. Eso sí, el clásico ¿con melón o con sandía? era todo un dilema, sobre todo si las dos opciones me gustaban.
Con el tiempo se comenzaban a sumar otras formas para discernir las mejores opciones, y elegir se volvía un poco más complejo. Justo en esos casos fue cuando aprendí el recurso de“la balanza” para tomar decisiones. Ahí estaba yo, frente a una hoja en blanco partida con una raya vertical dibujada justo en el centro, de un lado anotando los “pros” y del otro lado “los contras”. Y del lado donde se inclinara más la balanza significaba que ese lado me daría fundamentos para elegir lo que era mejor para mí.
Claro que había ocasiones en que la técnica de “la balanza” se me hacía muy mental y aburrida, y así fue como aparecieron en mi vida las elecciones por corazonada, en las que se trataba de elegir solo con un impulso del corazón. Con la práctica, elegir con el corazón se tornó divertido! Era simple y sencillo, yo solo tenía que poner la atención en mi cuerpo y en lo que este sintiera mientras mentalizaba o imaginaba las opciones en mi vida real. Eran las sensaciones de “bien estar” en mi cuerpo lo que se convertía en una brújula para elegir o desechar cualquier opción.Incluso recuerdo que hace muchos años en un congreso de psicología aprendí muchas herramientas corporales para distinguir sensaciones específicas que servían de guía en la toma de decisiones. Maravilloso que después de tanto años, esas herramientas me sigan acompañando!
Y un día, de pronto llegó a mi vida un libro que expandió por siempre la percepción para guiar las corazonadas de mis decisiones, en mis tiempos de docencia corría el año 2002 cuando una alumna hizo llegar a mi campo de atención “El Alquimista” de Paulo Coehlo. Desde las primeras hojas yo ya estaba fascinada con las aventuras de Santiago!, un joven pastor que un día decidió abandonar su rebaño para ir en busca de sus sueños. La recreación de las historias relacionadas a aquellos símbolos universales que el ser humano ha reflexionado por generaciones enteras, las disfrutaba como si fuera a mi a quien le sucedieran. Particularmente hubo una frase muy poderosa que trascendió el significado de esta narración en mi vida, “cuando una persona realmente desea algo, el Universo entero conspira para que realice sus sueños”, wow!!!!!!!!!!
Creo que desde entonces, poco a poco fui hurgando en los misterios de la existencia y de la psicología del ser humano con más pasión que nunca antes, “escuchar al corazón” me hizo voltear al universo queriendo aprender a encontrar y descifrar las señales que me guiaran por los mejores caminos posibles. Y justo así es como la vida se volvió un misterioso juego, era como revivir a mi niña de infancia a la que le resultaba divertido tomar decisiones!
Recuerdo que después de experimentar mis habilidades como docente en una institución pública aquí en México, llegó un momento en mi vida en que me sentí estancada, como el agua sin correr me sentía aburrida hasta el punto de la asfixia! Sentí una necesidad profunda de darle un giro a mi existencia, y la corazonada de entonces me decía que era momento de experimentar en el mundo de las organizaciones privadas. La cosa es que estaba ambigüa en la manera de cómo lo realizaría, sentía que tenía la habilidad para moverme en las organizaciones de gobierno pero no así en el mundo de la empresa privada, así que no tenía idea por donde empezar.
Hasta que un día, caminando por la calle paseando frente a un puesto de revistas leo el desplegado de un periódico llamado Employer que decía “Taller de Búsqueda de Empleo”, yo creo que mis ojos se hicieron como plato extendido porque de inmediato me acerqué a leer todo el desplegado, compre el periódico y me lo llevé a casa. El final de la historia es que me inscribí a ese taller, y en él aprendí lo que hasta ahora me ha resultado efectivo para conseguir oportunidades de empleabilidad cuando lo he necesitado, lo peculiar de ésta anécdota es que mi primer trabajo después de renunciar fue precisamente en la agencia de búsqueda de empleo que editaba ese periódico.
Haber tomado la decisión de renunciar a la docencia fue una de las cosas más trascendentes en mi vida, pues a partir de ese momento se desencadenaron circunstancias favorables que me han facilitado moverme en el mundo de las organizaciones privadas como pez en el agua, y aprender un sinfín de habilidades que hoy día me posibilitan desarrollar proyectos de emprendimiento social. Viendo en retrospectiva creo que el universo conspiró a mi favor y me envío una evidente señal, que por fortuna logré ver!
Hoy día cuando en el fondo de mi corazón aparece un sueño por materializar, acudo a todos mis talentos y a mis recursos para articularlo, al mismo tiempo que me entrego al misterio de la vida dejándome guiar por las señales que ella me presenta. A veces juego a encontrar esas señales colocando el dedo en la hoja de un libro por azar, en otras ocasiones son los espectaculares de las grandes avenidas los que siento que me hablan, o incluso la frase creativa de algún comercial, también me es divertido encontrarlas en el horóscopo del día, o en los guiones de las películas que me hacen reír, llorar y suspirar. Y en otras ocasiones las señales simplemente me sorprenden apareciendo justo enfrente de mi nariz!
Una cosa si tengo muy clara!, que esto que llamamos “señales” son sencillamente los reflejos de verdades que cada uno conoce en el interior de sí mism@. Y que en algún momento, vemos estos reflejos sincronizados de forma armoniosa en el mundo exterior, porque en lo profundo de nuestro ser deseamos que esas verdades salgan a la luz. Y así es como el universo conspira siempre a nuestro favor, porque en el fondo de todo este misterio de las señales, somos nosotros hablándonos a nosotros mismos. Son como saltos de evolución, un movimiento constante de conciencia en el que las mentiras de la razón le ceden el lugar a las verdades del corazón!
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