La equidad de género, en todos los espacios, es un asunto en el que no debemos quitar el dedo del renglón, pues elimina las asimetrías persistentes. En particular, en el caso de las mujeres, su garantía, desde la infancia, no sólo reivindica nuestros derechos, sino que también normaliza nuestra participación en cargos de decisión tanto en la esfera pública como en la privada.

Con el propósito de alentar a las pequeñas a incursionar en carreras científicas y tecnológicas que, erróneamente, se han estereotipado como “masculinas”, la ONU ha hecho un llamado para conmemorar, cada 11 de febrero, los días de “la Mujer y la Niña en la Ciencia” y de “la Mujer Médica”, resaltando el papel de aquellas que se dedican a las referidas disciplinas.

La UNESCO, en su publicación “Descifrar el Código”, desde 2019, ya había identificado que sólo el 30 por ciento de la población femenina mundial, inscrita a nivel superior, optaba por carreras conocidas como STEM; es decir, las relacionadas con las ciencias, la tecnología, la ingeniería, y las matemáticas; registrando que, de tales temáticas, el 15 por ciento prefería las afines con la sanidad y el bienestar. Asimismo, el reporte revelaba que la carga de obligaciones familiares asociada a un rol femenino, junto con el ambiente y las condiciones laborales, influían en la elección de éstas.


A pesar de lo anterior, nuestra presencia en dichos ámbitos se ha ampliado cada vez más. Por ejemplo, en el área de la salud fue histórico el caso de Matilde Montoya Lafragua cuando se convirtió en la primera galena mexicana, en 1887; y actualmente, según datos de la Gaceta de la UNAM de 2023, son más las doctoras graduadas en la Facultad de Medicina de esta Casa de Estudios que los hombres, 556 de un total de 890.


De acuerdo con el INEGI, en 2022, contábamos con 140 mil 492 mujeres profesionales en este rubro, de las cuales, más de 46 mil contaban con alguna especialidad. No obstante, sólo el 6 por ciento ocupaban posiciones directivas, ganando, en promedio, 22 por ciento menos que sus pares masculinos en tales jerarquías; calculándose que, ellas únicamente recibían 81.67 pesos por cada 100 que percibían los varones.


El campo de la medicina es aún una conquista femenina inacabada, cuya brecha de exclusión se incrementa conforme la edad avanza, lo que indica una tendencia a dejar su ejercicio, como se advierte del documento realizado, en 2022, por el Colectivo “México ¿cómo vamos?”, que indicaba que sólo el 8.3 por ciento de las que tenían 60 años o más continuaban laborando.


Desde las presentes líneas, y en el marco de tan importantes fechas a recordar, sigamos feminizando nuestro entorno, ya que, con cada acción impulsada en favor de la ruptura de los techos de cristal, promovemos un cambio sustancial a la realidad de las nuevas generaciones; pues como decía la novelista y activista social, Alice Walker, las mujeres tenemos que llenarnos de valentía para alcanzar nuestros sueños dormidos.


Fuente:

"La medicina, una conquista femenina inacabada", El Heraldo de México, a 13 de febrero de 2024, disponible en: https://heraldodemexico.com.mx/opinion/2024/2/13/la-medicina-una-co...

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