Cuando estaba en el medio financiero, había empresas que estaban haciendo colocaciones en bolsa y nos iban a explicar cómo funcionaba dicha colocación para que a su vez nosotros la vendiéramos a nuestros clientes.

Me acuerdo perfecto que la mayoría de las veces, se paraban a enseñar unas tablas milimétricas,  dónde no alcanzábamos a ver bien los números y se ponían a explicar todo acerca de ellos. Quienes eran, cómo habían crecido, cómo habían generado el proyecto, cómo esperaban ganar, todo acerca de ellos mismos.

Al estar sentada ahí escuchando, lo único que pensaba era cómo se lo ofrezco a mis clientes, sobre todo, si era una señora que había heredado y lo único que quería era ver crecer su patrimonio sin entender mucho sobre los productos financieros. En ese momento, volteaba yo con un amigo y le preguntaba si nos convenía venderla y por qué, lo que el expositor se había tardado una hora, lo resumía con alguien más en 5 minutos.

Uno de los temas que refleja liderazgo, presencia ejecutiva, y que hace congruente ese talento que tienes con tu forma de comunicar, es hacer presentaciones y es por eso que una de los temas que más me gustan explicar y además que los tengo que hacer yo misma en todo momento, al venderle a un cliente, al hablar en conferencias o al exponer en un seminario, es el tema de presentaciones. Sobre todo cómo lograr persuadir a otros que tu idea, producto o servicio es lo que quieren comprar.

El típico error que cometen muchos al presentar, es querer describir los componentes de sus productos, cómo se les ocurrió la idea y cuál fue el procedimiento para crearlo. Al cliente final, solo le importa saber qué beneficio va a tener si lo usa o lo vende; que esto no se confunda con no decirle los atributos del producto, por supuesto que es importante, eso se tiene que ligar a un beneficio dependiendo quién es la audiencia. 

Cuando tienes un público, muchas personas tienen miles de temas ocupando su mente,  y describir lo que es importante para ti, puede ser un costo de oportunidad, ya que no necesariamente es relevante para ellos. Cuando presentas, tienes que transferir el interés a tu audiencia, en ese momento lo que tú quieres no importa.

Presentar sí es un arte, que se puede dirigir a una persona, a una sala de consejo, a una audiencia enorme, mientras tengas muy claro cuál es el objetivo de tu exposición, se puede ir haciendo mucho más fácil.

Una nueva modalidad al presentar, es que aunque te hayas preparado para exponer, hagas preguntas al inicio de tu sesión y sepas qué es lo que realmente quiere escuchar tu audiencia,  apuntas las preguntas en una hoja y las vas resolviendo con el material que preparaste.  Una vez que te aseguras que hayas cubierto los temas relevantes de tu exposición, podrás ver cómo fuiste más concreto, mantuviste la atención de tu audiencia y todo mundo agradece que las presentaciones sean cortas y no les quiten mucho tiempo.  Su mente va a estar conectada a lo que dijiste y van a tener fresco el material por que lo hiciste sobre ellos y no sobre ti.

Cuando las personas que van a hablar, tienen claro el objetivo, se preparan, y analizan a quién le están presentado, porque cada audiencia tiene un beneficio diferente, es cuando logran entregar exitosamente.  Estos son tan solo unos pequeños detalles de cómo impactar en una presentación, empezar por aquí y ve mejorando tus habilidades para hablar con otros.

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Ale Marroquín es fundadora y directora de Imagen y Protocolo de Negocios especialista en personal branding. Se dedica a reinventar y posicionar la marca personal de profesionales, ejecutivos de alto nivel, emprendedores que quieren acelerar su potencial a través de su presencia ejecutiva. Ella está certificada por la Asociación Internacional de Consultores en Imagen como CIP (Certified Image Professional).

Acelerando el potencial de las personas.