La información oportuna y de calidad puede hacer la diferencia.

 

Con una carrera convocada en Texas, Estados Unidos, en octubre de 1983, se daría un primer paso para hacer conciencia de una enfermedad que afecta, especialmente, a las mujeres: el cáncer de mama.

 

Más tarde, The New York Times declararía a 1992 como el año del lazo rosa, en alusión a las personas sobrevivientes de este tipo de cáncer, mismo que se convertiría en el distintivo de la lucha contra este padecimiento.

 

Cada año, este mes se destina a la sensibilización del cáncer de mama en cuanto a su prevención temprana y adecuado tratamiento. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, (OMS), en 2020, se presentaron más de 2 millones 200 mil casos, y 685 mil mujeres fallecieron por esta causa. Al ser el tipo de cáncer más común, se pronostica que una de cada 12 de nosotras en el mundo lo padecerá.

 

Según la Organización Panamericana de la Salud en la región de las Américas, un poco más de 462 mil mujeres son diagnosticadas, anualmente, con dicha variante del cáncer y casi 100 mil mueren por esta razón. Si la tendencia actual continúa, se prevé que, para 2030, se incremente su número en un 34%.

 

En México, las cifras del INGEI no son más alentadoras, pues este padecimiento representa la principal causa de hospitalizaciones por tumores malignos entre la población de 20 años y más. De acuerdo con los datos que se reportan, 37 de cada 100 mujeres que presentan signos cancerígenos se deben a un quiste dañino de mama en contraste con los casos en hombres que equivalen a uno de cada 100.

 

Asimismo, el 48% de las muertes por esta vertiente de cáncer corresponde a la población femenina mayor de 59 años, la cual está solo por encima del 38% que impacta a quienes tienen 30 y 44 años.

 

La información oportuna y de calidad para la detección temprana del cáncer de mama puede hacer la diferencia para salvarnos la vida; ya que, si se aplica un tratamiento pertinente en el tiempo correcto, según la OMS, las probabilidades de supervivencia son del 90% o más mediante métodos de radioterapia o cirugía que ayuden a frenar su avance.

 

Para que alcancemos un alto índice preventivo, paliativo y curativo de esta enfermedad, se requiere garantizar a las personas se derecho a saber todo sobre la misma; tener sistemas de salud pública que promuevan campañas de concientización; asegurar el abastecimiento de medicamentos oncológicos para hacerle frente; y fomentar la investigación científica.

 

Lo anterior, no puede lograrse sin priorizar y contar con los recursos suficientes; y sin que se incentive la colaboración entre instituciones públicas y privadas especializadas en su atención.

 

A manera de puntas del lazo rosa, la información y la prevención son claves para luchar contra el cáncer. Mujeres y hombres tenemos la responsabilidad de saber lo necesario para detectarlo a tiempo; autoexplorarnos y revisarnos de forma constante; pues lo que está en juego es nuestra propia vida.

 

 

 

 

 

Fuente:

 

" Informarse y prevenir, puntas del lazo rosa que salvan", La Silla Rota, 14 de octubre de 2021, disponible en: https://lasillarota.com/opinion/columnas/informarse-y-prevenir-punt...

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