GHOSTING: El arte de marcharse sin ser notado.

También conocido como “Despedida a la francesa”, marcharse sin decir adiós es una alternativa para sobrevivir a los compromisos sociales y festivos. 

Seamos realistas: ¿Cuantas veces hemos asistido a una reunión y deseamos salir sin tener que despedirnos de todos y cada uno de los asistentes? Yo lo he vivido y !vaya que es una opción!

Estoy totalmente de acuerdo con quien diga que es de pésimo gusto irse sin siquiera despedirse de los anfitriones pero para aquellos que ya tenemos cierto kilometraje andado, seguro nos hemos topado con reuniones en donde es preferible salir sin ser visto. !Levante la mano quien no lo haya vivido!

Si me pongo a preguntar, seguro me encontrare con fieles adeptos y severos detractores (acéptenlo: la tentación siempre acecha)… Pero, esto es como un traje a la medida: al que le queda, le queda. Las relaciones públicas y las normas de cortesía entrañan cierta complejidad y segura estoy que para más de uno salir sigilosamente sin decir adiós ha resultado la mejor alternativa para sobrevivir. Otra vez: ¿Quien dijo yo?

Esto no es nuevo, ha pasado a lo largo de muchos años y para muestra ahí esta Doña Historia para no hacerme quedar mal:

La alta sociedad francesa del siglo XVIII llamaba sans-culottes a los desharrapados que más tarde ocuparían La Bastilla y el palacio de las Tullerías. De ahí proviene el término sans adieu (sin adiós), que alude a la práctica del desdén, la de llevar a cabo lo que hoy también conocemos como una bomba de humo. En aquella época era una moda generalizada entre los que no se imaginaban que pronto darían con su cabeza a los pies de la guillotina. Ahora, en tiempos más modernos y dependiendo de donde vengamos, así se le llama. 

La mayoría de los europeos lo llama despedirse a la francesa, excepto los propios aludidos que prefieren hacerlo a la inglesa (filer à l'anglaise). Los americanos, se decantan por adjudicárselo a los irlandeses (Irish goodbye). Viéndolo bien, en mi tierra dirían: “Se largó como la chacha”… Sin comentarios. 

Si decides hacer Ghosting, mientras más discreto mejor y nunca en reuniones que no sobrepasen la docena de invitados porque si será muy notorio. 

Antes de que lo olvide, una de las razones por la que he encontrado esta estrategia de suma eficacia para mi (en ciertas ocasiones, reitero) es porque no tomo alcohol y decir eso es señal automática de !Sírvanle alcohol! aunque no quiera. Poca gente respeta tu decisión. Me he visto forzada en un sinnúmero de ocasiones a emborrachar a la pobre planta que estaba más próxima para poder sobrevivir a una velada. Bueno, he llegado al grado de decir que “estoy tomando pastillas para los bichos” y con gente que me conoce menos, que me falta un riñón, que soy alcohólica en rehabilitación o de plano que tengo cirrosis. !Ahí si! Me dejan en paz. !Pero que necesidad! Como dijera mi compadre Juanga… 

Que una cosa si nos quede clara: Marcharse sin decir adiós no es totalmente propio de un maleducado. Analizando las diferentes razones vemos que hay ocasiones en que es realmente necesario. Y a mi no me cuentan: Mas de uno ha hecho Ghosting, ¿que no?

www.laura-velazquez.com

Twitter: laura_vp

Facebook: Laura Velazquez 

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