El mes pasado, el 14 de abril se dio a conocer el secuestro de 200 niñas en una escuela de Chibok, en el estado norteño de Borno en Nigeria, para venderlas en el mercado. Este deleznable acto fué perpetrado por la secta Boko Haram, como estrategia para aterrorizar y asustar hasta la sumisión al pueblo nigeriano y si pueden, de paso al mundo en general. Poco después, el pasado domingo 4 de mayo, esta misma secta secuestro a otras ocho niñas, de entre 12 y 15 años, del pueblo de Warabe, también en Borno, ciudad que es la base espiritual y de operaciones del grupo fundamentalista. 

Boko Haram, que significa en lenguas locales "la educación no islámica es pecado" , lucha por imponer la "sharía" o ley islámica en Nigeria, país de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiana en el sur.

Desde que la Policía acabó en 2009 con el líder de Boko Haram, los radicales mantienen una sangrienta campaña que ha causado más de 3.000 muertos, no siendo mejor la situación con el actual líder terrorista, el teólogo Abubaka Shekau, por quien Estados Unidos ofreció el año pasado nada menos que siete millones de dólares. De Abubaka se sabe poco; parece tener unos 40 años y siempre está rodeado de hombres armados, según los videos que ha difundido en internet.

Por mucho que estemos viviendo en pleno siglo XXI resulta imposible de entender que estas cosas sucedan; que se pueda tomar la vida de una niña y ponerla a venta como cualquier bien; que haya gente que crea que su religion o creencia es la única que existe y con esa bandera matar y lastimar a su antojo.

Este tipo de actos no es el primero que sucede; lo mismo paso en Uganda en 1996 cuando 139 niñas fueron secuestradas de su escuela por el Ejercito de Resistencia de los Caballeros (Lords Resistance Army - LRA) actuando bajo un supuesto mandato bíblico. Muchas niñas regresaron años después de que pudieron escapar pero algunas nunca regresaron a sus familias. 

Hay países que hacen intentos por la igualdad de derechos pero algunos huecos persisten. Pero cuando algunos supuestos gobiernos democráticos que se ufanan en decir que protegen a sus ciudadanos fallan en garantizar los mas básicos derechos humanos tales como equidad de genero y acceso a la educación, podemos pues pensar que todas las niñas son iguales pero entonces algunas son mas iguales que otras llevándonos por lo tanto a donde empezamos: la inequidad. 

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