Hay amores a los que les gusta caminar en círculos, pasan por los mismos lugares una y otra vez sin jamás salirse de la línea, sin mirar el pasado o un futuro.

Saben de antemano que no, pero son incapaces de alejar los dedos por la circunferencia de esa particular historia que no son capaces de concluir, de ese relato repetitivo sin pies ni cabeza.

Prefieren recorrer los mismos sitios que dejarlos de caminar, no quieren mirar lo evidente y evitan pensar en el futuro, saben que para ellos no existe más allá que alguno de los muchos presentes que viven entre luces tenues y palabras cantadas al oído.
Evitan pues hacerse promesas, saben que son como cheques postfechados y sin fondos, de esos que al final de cuentas terminan siendo incobrables, pero que traen endosada alguna esperanza desgastada, pero esperanza al fin.

Juegan a acariciarse los cuerpos, a quitarse las ganas de estar siempre solos y a realizar los sueños eternos de los imposibles, a pretender que lo que realmente quieren es finalmente caminar acompañados aunque su corazón entrenado a la soledad se niega a perderla.

Quieren ofrendar cada uno de sus miedos y desnudar por completo cada resquicio de su alma, dejar de correr de una buena vez por todas y dormir alguna noche sin luna guarecidos bajo algunas largas alas ajenas a las suyas.
Evitan las miradas que dejan ver los infinitos para que no se les miren los amores, para evitar los brillos cálidos que les salen de los ojos por lo general fríos y sin vida y así mantener la compostura y la imagen de fuerza y dureza impenetrable que les da la seguridad necesaria para vivir sin pena en el mundo.
Quieren estar pero no saben cómo,  solo temen volver a soltarse a sí mismos y perder una calma en la que invirtieron unas lágrimas más saladas que el mar, saben que al soltar pueden volver a perder y así iniciar una vez más el eterno círculo del llanto, el diván y los lamentos sin fin.
Indispuestos a ceder cada paso dolorosamente ganado, a acomodar a alguien entre sus entrañas recién reparadas,  a llorar por enésima vez los mismos dolores que son eternamente incapaces de soltar. 

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Comentario de Mariangel Calderon el marzo 3, 2015 a las 10:42am
Gracias Abuela Abuela y Martha Cisneros, que sigan visitándonos las letras, linda semana =) Y de los amores imposibles, que sigan también si nos alimentan las palabras
Comentario de Martha Cisneros el marzo 2, 2015 a las 11:03am

Mariangel antes pensaba que el amor era mientras duraba, luego pense que no habia fecha de vencimiento pero luego me di cuenta que eso que yo llamaba amor no era amor, mas bien compañía, es dificil encontrar el amor. Bien dicen que la depresión es por vivir en el pasado, la ansiedad es por vivir en el futuro y la paz es por vivir en el presente asi es que mejor un día a la vez y no nos preocupamos, como dice el título de tu post, este día es el día de mantener la calma y asi todos los días

Comentario de Abuela, Abuela el marzo 2, 2015 a las 9:33am
Mariangel, ¡qué bonito escribes!. Pero qué tristes estos amores sin futuro!. Saludos.

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