Mi mundo de sueños inventados
fue perdiendo poco a poco los colores,
desnudando mi cuerpo para someterme
a la voluntad de mi amo.
Mi libertad se fue perdiendo
ocultando mis lágrimas en su presencia,
temí a la oscuridad que convertí en mi compañía
y olvide mi nombre.
Pedí con ansias subir las escaleras
y alcanzar el infinito,
deseé ser ángel y ser niña,
para no temer al hombre.
Deseé ser libre y encontrar
la llave que impedía mi partida,
deshoje el rojo de sus flores
que oprimían mi alma y logre mi libertad...
María Victoria Campos Pérez.
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