13 de agosto de 1989

Es de madrugada y mi cuerpo siente un extraño frío, despierto, me levanto y me doy cuenta que tu recamara esta vacía. Saliste tarde pero no has regresado, 

Son las 2 de la tarde y empezamos a preocuparnos, mis padres empiezan a sentirse nerviosos,

Son las 10 de la noche y seguimos sin saber nada de ti.

14 de Agosto

Hemos buscado en delegaciones, en los hospitales, en la morgue , llamamos a locatel y sigues desaparecido. Ya es de mañana  y estamos muy inquietos, y seguimos nuestra loca búsqueda.

Son las dos de la tarde, un amigo tuyo habla con mi padre, mi papá corre hacia su casa,- es una llamada telefónica- dice, sube corriendo las escaleras y al poco rato regresa desencajado , yo lo espero abajo, lo veo y pregunto qué fue lo que paso, su rostro parece acartonado, sus ojos perdieron brillo, su boca hace una mueca, su voz parece salir de lo más hondo de su pecho, y solo escucho, “mataron a mi hijo” no alcanzo a comprender, me niego a escuchar, mi mente se ha puesto en blanco, siento como si el alma se me saliera del cuerpo y caigo en un abismo sin fondo, quiero gritar y mi voz no se escucha, siento como si me arrancaran la cabeza, mis músculos no me obedecen, y corro, corro con todas la fuerzas de las que soy capaz, no veo en donde me encuentro, he perdido la noción del tiempo, del espacio, no veo nada, no percibo a nadie, estoy corriendo y me siento volando en el espacio, mi alma y mi cuerpo se han separado, me he perdido, siento que alguien me detiene, me gritan detente, de pronto regreso a mi realidad, es cierto, estas, estas,… muerto!

Aún recuerdo con todo detalle, el tener que darle la noticia a mi madre, prepararnos para reconocer tu cadáver, recuerdo con detalle tu voz mientras nos dirigíamos en el auto a Cuernavaca diciendo “tranquila estoy  bien, cuida a mi madre,  tienes que ser fuerte, eres ahora su apoyo” , “no te hagas falsas ilusiones, sí, soy yo”   traerte  a casa, avisar a tus  amigos, a la familia,  vecinos, conocidos, tu novia, que por cierto se puso grave eh!! Ya no sabía si atender a tu tía, a tu mamá o a tu casi esposa.

Todo fue como una pesadilla, gente entraba, salía, me abrazaba, palabras huecas que no alcanzaba a comprender, “lo siento”, “estoy contigo” ya sabes todo eso que se dice cuando alguien fallece, quiero confesarte que en el tiempo que duro el velorio,  y el funeral, solo mi cuerpo estaba presente, deje que mi alma vagara por el espacio, permití que el dolor la allanara, mis ojos no lloraban, mi cuerpo cual marioneta, se manejaba en automático, recibía  cordialmente las condolencias de toda es gente, mientras en un rincón de mi cama, mi alma destrozada lloraba sin cesar tu ausencia, y se preguntaba, por qué   a ti, porque a mí, por qué… y no encontraba respuesta, mi alma corria de pronto, en busca de la tuya, tenía mil preguntas que hacerte, y por mas que te buscó no te encontró, te grite con  los labios cerrados, te llore con lágrimas que salían de lo más profundo de mi ser, lágrimas de sangre  gota a gota  desgarraban mi corazón, mismo que caía a pedazos dentro de mi pecho, mi cerebro estaba detenido sin querer pensar, sin querer aceptar que no estabas, mi rostro solo atinaba a dibujar una mueca que no sabía si era de tristeza o agonía.  

Pasaron las horas,  de pronto tu cuerpo ya se había ido, la gente dejo de escucharse, la casa estaba sola, no, ya no estabas, tu risa dejo de escucharse, tu voz ya no cantaría jamás, tu ausencia se sentía mas y mas a cada día que pasaba,  mis ojos se cansaron de llorar a escondidas, mi rostro se acostumbró a embozar una falsa sonrisa, y el tiempo, si el tiempo mitigo mi dolor.

Hoy a través de los años, he ido aceptando que no estas físicamente, he aprendido a seguir queriéndote, he aprendido que la muerte es solo un estado más de la vida, sé que algún día volveré a verte, volveremos a platicar, volveremos a jugar, volveremos a encontrarnos, que mientras yo esté viva, tu, mi hermano seguirás en mi corazón, en mis recuerdos, en mi memoria, que somos parte de la misma célula, que aun que ya no estés en este plano, estás conmigo, porque a veces siento tu presencia, y sé que desde ese día tú eres mi ángel de la guarda.

Gracias hermano por todo lo que en vida me diste, gracias por todas tus enseñanzas, gracias por los momentos maravillosos que pasamos juntos, gracias por tus chistes, tus travesuras, tu compañía, gracias, por ser mi amigo, mi confidente, Gracias hermano por ayudarme, sé que algún día volveré a verte.

Hasta pronto hermano de mi alma.

 

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Comentario de Margarita Nava el agosto 17, 2017 a las 2:48am

Vine al sitio de MujeresConstruyendo a escribir una carta a mi padre en su aniversario. Y al revisar, encuentro la tuya a tu hermano. Encuentro que seguimos hablando con nuestros seres amados porque no se han ido. Un abrazo 

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