En su libro de Executive Presence de Sylvia Ann Hewlett, detalla que siendo de Gales una población pobre y dedicada a la minería en el Reino Unido, intenta aplicar a la Universidad y se da cuenta que tiene que cambiar su forma de vestir y modular su acento si quiere crear una buena impresión; esto en una época en dónde era difícil poder entrar a la Universidad. El libro en general describe detalles de cómo la presencia ejecutiva influye en cómo otros te ven y lo que esperan de ti.

Cuando doy el seminario de Personal Branding, comparto mi anécdota personal de cómo tuve que modular mi tono de voz con acento norteño cuando hablaba por teléfono por que las personas con las que hablaba, pensaban que estaba enojada o gritando. No sólo eso, también con el tiempo, fui entendiendo cómo pulir mi apariencia para proyectar mayor credibilidad.

Cuando eres joven es muy probable sentir que todo es fácil y  que los estudios y tu misma juventud te dan la energía y los conocimientos suficientes para hacerla en la vida profesional. Si no cuidas los detalles de cómo te proyectas a través de tu presencia ejecutiva, es muy probable que te tardes más en transmitir que eres capaz de tener mayores responsabilidades y enfrentar retos más importantes en tu organización.

Así mismo, aunque ya tengas camino recorrido y hayas alcanzado un mayor nivel en lo profesional, es muy importante que no descuides tu apariencia y tu comunicación.  Una de mis clientes me comentó que desde hace 4 años es encargada de un proyecto en su organización pero no la habían ascendido. Recientemente contrataron un consultor externo para que los asesore en temas específicos de su industria. Cuando este consultor plantea sus condiciones para poder echar a andar el proyecto, pidió que ella fuera la gerente con quién tenga comunicación. Explicó que la persona que actualmente ocupa ese puesto, no le dio buena impresión por que llegó en un coche sucio y descuidado, iba desfajado y en sí, no creía que proyectara la suficiente credibilidad para poder comunicarse con él.

Por el contrario, cuando vio a mi cliente, comentó que iba perfectamente bien vestida, su lenguaje no verbal demostraba seguridad y cuando decidió investigar un poco más de ella, se metió en redes sociales y todo lo que vio le confirmó que era congruente con lo que él percibió. Era lo que él buscaba en una persona para que el proyecto tuviera éxito al implementarlo.

Es muy probable que le den esa gerencia tan sólo por que supo proyectar presencia ejecutiva. Cómo puedes ver, además de los conocimientos y experiencia, tu presencia ejecutiva sí importa. Así que no te esperes a que se pase una buena promoción, a que llegue alguien y le den tu puesto, cuando percibes que no te están aumentando el sueldo, quizá sea por que no estás proyectando al 100% una impecable presencia ejecutiva. Analiza si tus clientes deciden irse con la competencia, o prefieren que alguien más los atienda, si tu jefe se dirige a otros colegas y no confía del todo en ti, piensa en todos los detalles que conforman la presencia ejecutiva, la manera en que hablas, las palabras que usas en la conversación, tu forma de vestir y cómo te desenvuelves en diferentes situaciones. Si no estás seguro que lo estás haciendo bien, has cambios que logren transmitir tus verdaderos talentos y experiencia profesional.

Foto “[Olly] / [PhotoXpress]"

Ale Marroquín, es consultor en imagen y protocolo de negocios. Certificada por la Asociación Internacional de Consultores en Imagen (AICI) como FLC (First Level Certificate). Con casi 20 años de experiencia en áreas de ventas y relaciones con clientes, Ale Marroquín, asesora a las personas para transformar sus habilidades en áreas de comunicación, liderazgo, comportamiento, actitud y apariencia profesional. Acelerando el potencial de las personas. www.alemarroquin.com twitter ;@a_marroquin