compu.jpgAnte la evidente longevidad de todos, la soledad personal y la necesidad de compañía, el buscar nuevamente compañero no es solamente una tarea a realizarse en la juventud. Existe mucha necesidad de encontrar “Un hombre” o debía de decir “El hombre”, al grado de recorrer algunas de ellas recorren distancias como de Nueva Zelanda-México (directo, jaja), para conocer a este hombre o tal vez Argentina-México para lo mismo; sin tener conciencia de que el hombre puede ser un traficante de blancas, un estafador o simplemente un problemático mujeriego, aportando una ilusión pasajera y quizás alguna infección.

La mujer se confunde creyéndose liberada, también porque la sexualidad se abre con diferentes opciones y la necesidad sexual femenina no es ya un oculto secreto no confesado ni a ella misma. Además viene a descubrir la soledad y abandono que muchas mujeres casadas sufren de su pareja, incluso en dicho terreno, donde el deseo es solo un recuerdo. La sexualidad femenina es una realidad: la pastilla, edad, etc. han motivado un incremento de los moteles y hoteles de paso, para beneficio de sus propietarios, al desfogar pasiones de forma rápida y sin considerar mayores problemas morales, considerándola una necesidad física no controlada. No se cuestiona la sexualidad femenina y la mujer se cree abierta a todo, sin considerar cuestiones higiénicas y peor aún de sentimientos, en donde acaban muchas veces siendo utilizadas.

Pero aquí no quiero hablar de la conquista momentánea, del sexo rápido e intrascendente, sino en la búsqueda real de algún compañero en lo importante, no en el acto pasional o sexual únicamente. Un compañero de charla, de camino, con quien comer, tomar un café, ver la tele, caminar en la lluvia, quien nos de la mano, etc. La pregunta es ¿Dónde encontrarlo?  Ya no estamos estudiando, aunque quizás algunas sí. Los amigos ya son conocidos y si no fueron objeto de nuestro interés antes, por qué habrían de serlo ahora, con canas –si tienen pelo-, arrugas, panza, etc. No creo que deba de ser insidiosa en cuanto a lo mal cuidados son la mayoría de los hombres y como verdaderamente creen eso de Feo y Formal. Lo malo es la limitante de solo se quedan como feos y no consideran el formal, o al menos no en la forma como nosotros, las mujeres, consideramos la palabra formal. Además, debemos también considerar la parte contraria, si de jóvenes no les gustamos a ellos, la probabilidad de ahora hacerlo no es de lo más alta. Así regresamos a ¿Dónde busco un hombre?

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