10 ABRIL 2011
ME PERDONO
Me perdono por haber permitido que me mintiera más de una vez…. Como cuando me mintió con respecto a la computadora, Me perdono haberme creído esa historia tan burda cuando descubri su infidelidad, me perdonopor creer todo lo que me decía sobre sus nuevas amistades por internet , por haber creido lo que decía cuando descubria mensajes de otras chicas….Yo sabía en el fondo que lo que estaba ocultando El, era información que lo comprometía… Me perdono haber querido creerle, porque en mi cabeza, corazón y alma no había cabida en ese momento para una gota de sufrimiento más Aprendí, que debo seguir mi intuición aunque a veces puedo equivocarme… Aprendí que cuando una situación es demasiado dudosa y tiene tiempo, termina esta haciendo daño; es mejor dejarla antes que las dudas se hagan una verdad evidente y golpeante. Aprendí que la confianza es definitivamente imprescindible, y que si a esas alturas estoy dudando profundamente es porque ya la persona ha dejado un rastro de indicios, y no ha cultivado últimamente la confianza… Así que el deterioro de la relación es demasiado inminente, y ya no hay nada que hacer por ella.
Me perdono haberle creído que si traia el celurar en silencio NO era por estar evitando que me diera cuenta de la llamada de las otras personas con quien tenia contacto. Argumento que esgrimió mientras yo quería aclarar las razones de su huida de la relación. Argumento que fue poco consistente, solo debatió el sin sentido de tenerlo así por eso. Me perdono no haber hurgado más, porque nunca dijo la razón por la que SI lo traia asi. Aprendí que a veces mis ganas de querer creer en el otro, pueden rebasar cualquier lógica, y dejarme en blanco, dejarme muy distorsionada la percepción y el discernimiento entre la verdad y la mentira. Aprendí que tiendo a ser conciliadora en momentos muy críticos cuando la situación me avasalla y el dolor agudo me envuelve y deseo tranquilidad de espíritu.
Me perdono haber sacrificado mi bienestar en pro del suyo. Me perdono que varias veces decidí continuar con la relación aunque ya no sentía que hubiese nada que hacer allí, dado que sus promesas eran vanas, y nada ni nadie garantizaba que esta vez si se cumplirían. Me perdono haberme quedado pensando que no podía irme y abandonarlo justo cuando su situación personal-familiar estaba tan critica. SI bien obraba por amor, empatía, lealtad, y consideración, aprendí que el bienestar del otro no puede estar por encima del mío, y menos cuando el otro no es leal contigo…Aprendí que lo que das nunca hay garantía de retorno… Y que por más que yo “modele” un estilo de ser en la relación, cada quien obra de acuerdo a su esencia, a su personalidad.
Me perdono justificar de manera tan reiterativa su mal genio, sus malas caras, su silencio y su mal trato. Aprendí que definitivamente la inteligencia emocional es parte fundamental para evaluar la compatibilidad de una pareja, y por ende predecir el bienestar. Me di cuenta que esto no lo evalué y confié en que el podría desarrollarlas porque decía que reconocía estas deficiencias, más nunca hubo conductas comprometidas en pro de buscar su desarrollo. Estas habilidades interpersonales como la tolerancia, el respeto, la empatia, no se aprenden a menos que la persona de verdad esté convencida que necesita desarrollarlas, y porque ella se ponga activamente a aprenderlas. No es mi responsabilidad enseñarlas ni modelarlas para que el otro las aprenda, ni es garantía que por modelarlas aprenderá. Aprendí que cada quien debe responsabilizarse de su proceso y que me es más sano apartarme de quienes no desean crecer o no trabajan comprometidamente por ello, ya que eso me resta energía y ocasiona daños.
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