Delegar los criterios sobre Violencia de Género en el Campo Socio-Político en la República Argentina
Enmarcar el nuevo sistema de cambio que se trata de idealizar bajo el nuevo gobierno argentino conformado por la fusión de partidos políticos de diferentes pensamientos hace casi imposible poder concretar un nuevo sistema de guarda hacia las víctimas o posibles víctimas de violencia de género.
Cuando hablamos de profundizar sobre los sistemas de control de guarda y custodia hacia las víctimas debemos tener en cuenta que nuestro campo socio-político se encuentra aletargado y que los cambios son primordiales para poder llevar a cabo un buen reconocimiento de lo que se impone como “Violencia de Género” y hacia quienes debe ir enfocada nuestra ayuda y protección.
Lo primero es regular las normativas jurídicas que no cubren, en su totalidad, a las verdaderas víctimas de éste conflicto social que cada día agrava más a las instituciones que deben implementar normas y no lo hacen.
América latina lleva un atraso de 25 años en referencia a las políticas sociales Europeas y eso hace casi imposible un cambio en su totalidad debido a las barreras culturales impuestas por costumbres machistas. Es sabido que la cultura americana es una cultura acentuada en el machismo y por clases sociales, donde quien más tiene es quien más recibe y manda.
Si bien es sabido que los movimientos políticos creados en Argentina para tratar temas sobre violencia llevan muchos años en lucha continua para hacer valer derechos y restringir los delitos cometidos hacia las víctimas, debemos también hacer un alto en lo dicho y observar los modos en que las leyes se han degenerado para dar lugar a la prioridad política antes que la prioridad de “protección hacia las víctimas”.
Nuestra cultura ambigua en la materia nos hace decaer cada día y aún a sabiendas de lo importante y urgente que es cambiar las normas y hacer más responsables a las instituciones que deben llevar a cabo el servicio de: ayuda, vigilancia, protección, sentencia y castigo.
Cabe destacar que la Violencia de Género es un campo complejo que no sólo debe encerrar el maltrato recibido desde: Hombre hacia Mujer o Mujer hacia el Hombre, sino que debe extenderse en la voluntad de considerar como violencia de género a la violencia producida desde los progenitores hacia la infancia y una nueva recapitulación, como sociedad moderna en donde debe entrar a formar parte de ésta la nueva disposición: Hombre hacia Hombre (en parejas) y Mujer hacia Mujer ( en parejas).
Dado lo acordado y dispuesto por las diferentes entidades protectoras en relación a la violencia en el seno familiar, debemos tener en cuenta la preparación e implementación de nuevos grupos de “seguridad ciudadana” especializados en tema sobre violencia familiar que actúen según lo acordado bajo las estrictas normas jurídicas que posibiliten a la propia fuerza de seguridad a la libre protección y sin restricción alguna cuando se ve en riesgo de vida la víctima a manos de su victimario.
Para ello debemos tener en cuenta que la República Argentina debe, de forma obligatoria, iniciar los primeros pasos para poder erradicar total o parcialmente éste gran problema que aún hoy el gobierno sigue escondiendo ante los ojos ciegos de ésta sociedad.
No existe voluntad ciudadana si no se la obliga a esa voluntad desde los mismos medios de comunicación social que muchas veces ejercen la ofensiva a lo que se trata de erradicar.
Partiendo desde la base del sexismo político que actúa como bloque silencioso en muchas ocasiones y que parece resurgir en tiempos de campañas con el propio tema de igualdad; nos dejamos convencer de que se hace cuando en realidad lo que se intenta es poner más barreras a lo que la ley debería imponer antes que al propio derecho de ejercer en política.
Que los temas más conocidos por la ciudadanía tengan que ver con temas de exhibicionismo y fiestas con menores como tema normal dentro de una sociedad que intenta hacerse un lugar entre otras naciones nos hace comprender que necesitamos ayuda moral para poder realizar un debido cambio.
Judicializar los errores de los diferentes cargos ocupados por agentes de protección es el primer paso a crear, no valen las sanciones laborales cuando se ha perdido la vida de la víctima por errores al no hacer sus debidos trabajos. Aquí no me refiero más que a la obligación por sanción de los servicios sociales en el primer momento en que se pone en conocimiento la existencia de una posible víctima debiendo actuar desde el mismo momento o inicio 0 (cero) a todo procedimiento de protección, o sea, protección desde el momento 0.
Procurar no poner instintivo o diferenciar en colores a los agentes de seguridad en violencia de género y sus vehículos. Esto debe ser la primera obligación del gobierno para poder proteger aún más a las posibles víctimas de violencia.
La obligatoriedad de casas de acogida para las víctimas debe tratarse como tema primordial y “nunca hacer identificativa sus localizaciones” frente a la sociedad, sino bajo documentación que deberán tener todos los servicios destinados a la propia seguridad de las víctimas.
Hoy, como referente político, se hace alarde de vehículos diferenciales para que los agresores o cómplices de éste puedan identificar con normalidad, cosa que es deleznable en el siglo XXI que la razón se anteponga a la propia conciencia humana.
Como zona de refugio debemos tener en cuenta que el personal que trabaje dentro de cada casa de acogida a víctimas debe ser realizado por personal policial preparado para la atención de las víctimas, un psicólogo, un visitador médico y dejar la obligación de cocina a las propias víctimas que deberán recrear la función de amas de casa para hacer más amena su situación. Nunca en ningún caso debe ser conducido por monjas o hermanas de la caridad o cualquier asociación religiosa y mucho menos permitirse la explotación de éste servicio a manos de civiles sin preparación o acreditación en el campo de seguridad ciudadana ( cuerpo policial) que por ley debe ser dirigido por el propio Estado y atendida esta medida a orden de cada gobierno provincial.
Como orden final a mi escrito, deseo que se tome en cuenta una de las bases por la cual es necesaria sé tenga en cuenta.
María Victoria Campos Pérez
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