Uno de ellos es justamente dejar de consumir cada mes tanto toallas femeninas como tampones, que si las analizamos detenidamente se convierten en basura en poco tiempo.

Otro beneficio, por lo menos en mi caso, es ya no tener la piel tan irritada por el contacto.

La reducción del espacio que se necesita para guardar las decenas de toallas y tampones que compraba de manera anual, ahora todo cabe en una bolsita.

Se eliminó el olor tan terrible que tuvo mi sangre por meses, debo confesar, que fui usuaria de tampones con y sin aroma por más de un quinquenio.

Cuando paso por el área de higiene femenina, veo que en los anaqueles siguen las odiosas toallas aromatizadas que tanto detesto, y me felicito por no tener que comprar más. 

Hay un ahorro, ya que cada cierto tiempo estos productos aumentan de precio, yo utilizaba 2 cajas de tampones y pantiprotectores depende de la marca, pero por periodo son mínimo 100 pesos, y eso multiplicado por 12, da una buena cifra.

No me gusta tirar tanta basura, y esta alternativa, de una u otra manera, hace que se genere menos, por ejemplo, empaques, tiras adhesivas especiales, pegamento, algodón, gel, aplicadores de plástico o cartón, el empaque individual, y por supuesto la bolsa del super o farmacia, y que no se me olviden los impuestos, en este país hay que pagar impuestos por menstruar y el ticket, mas la propina del empacador. Si usamos auto hay que sumar gasolina, estacionamiento, el viene viene, y el tiempo.

Duermo realmente como bebé, ya no necesito usar esa enormes toallas nocturnas y vivir con el temor de manchar las sábanas y cobijas, sobretodo cuando no estoy en casa. Sigo pensando que en los lugares de clima tropical es muy incómodo utilizar toallas, sobretodo por la temperatura.

Y lo que me ha impactado, es por lo menos en mi caso, darme cuenta que en realidad mi flujo no es por litros y litros como pensé, aún no la he medido pero no es para tanto, digo en generación de basura. 

Por otro lado, estoy regando mis plantas con mi sangre, algunas por extraño que parezca, de estar completamente secas han revivido y están en floración. También he pintado, lo que he podido. 

A pesar de llevar más de la mitad de mi vida menstruando, jamás había apreciado su verdadero color, textura y aroma. Por lo menos puedo diferenciar un líquido totalmente transparente, una sangre más o menos rojo claro y a veces tejido endometrial, y eso no se aprecia en una toalla o tampón.

Llego a la conclusión de que no me gusta tirar a la basura mi sangre menstrual.

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